El Gran Premio de la Hermandad, uno de los eventos automovilísticos más emblemáticos de la región, enfrenta importantes desafíos logísticos debido a las condiciones climáticas adversas. Con rutas embarradas y sectores casi intransitables, la organización se encuentra trabajando intensamente para asegurar que la carrera se desarrolle con éxito.
Osvaldo Nieto, presidente del Automóvil Club, confirmó que, a pesar de las dificultades, se está haciendo todo lo posible por mantener el trazado original del recorrido. Este incluye sectores estratégicos que garantizan tanto la emoción de la competencia como la seguridad de los pilotos. "Hicimos un reconocimiento durante el fin de semana y el camino elegido nos parece ideal, pero somos conscientes de que el clima puede jugarnos una mala pasada", explicó Nieto.
Durante la reunión mantenida el lunes por la tarde-noche, se definieron temas clave como la seguridad y la posibilidad de cambios en el trazado debido al estado de las rutas. El plan A, que es el trazado original, sigue siendo la primera opción, pero también se han desarrollado planes B y C que se activarán en caso de que las condiciones meteorológicas lo requieran.
"No podemos descartar ninguna posibilidad", añadió Nieto. "Si bien la previsión indica que podría llover menos de lo esperado, la humedad sigue siendo un problema, especialmente en la zona de Altos de Flamenco, un tramo crucial del recorrido. Estamos monitoreando constantemente el estado del terreno y tomaremos una decisión definitiva el viernes".
La carrera se largará el sábado desde Porvenir y el domingo desde la Circunvalación, ambos días a las 9 de la mañana. Los organizadores han contado con el apoyo del gobierno provincial y municipal, que han puesto a disposición todos los recursos necesarios para que el evento se lleve a cabo con normalidad. A pesar de las adversidades, la comunidad se mantiene expectante y comprometida con la tradición del Gran Premio de la Hermandad.
El Gran Premio de la Hermandad no solo es una prueba de velocidad, sino también de resistencia, tanto para los pilotos como para la organización, que año tras año debe adaptarse a las cambiantes condiciones del terreno y del clima en Tierra del Fuego. Este año no es la excepción, y la decisión final sobre el trazado definitivo será crucial para el desarrollo de una competencia que se ha ganado un lugar especial en el corazón de los aficionados al automovilismo.
Los pilotos, por su parte, son conscientes de la naturaleza única de esta carrera. "La Hermandad es una prueba distinta a cualquier otra", comentan. "Aquí no solo se trata de ser rápido, sino de saber adaptarse a las circunstancias, y eso es lo que la hace tan especial".
Con el viernes como fecha límite para decidir el trazado definitivo, la expectativa sigue creciendo. Sea cual sea el resultado, el Gran Premio de la Hermandad promete, como siempre, ser una competencia llena de emoción y desafíos, fiel a su espíritu de superación en uno de los paisajes más extremos del país.
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