En los últimos días, el desempeño de Argentina en los Juegos Olímpicos de París 2024 parecía estar a punto de ser definido por un solo partido, el de Las Leonas. Sin embargo, reducir el balance de toda una delegación a un solo encuentro es, sin duda, injusto. Las medallas, como suele decirse, se ganan en los entrenamientos y en el arduo trabajo que se realiza durante el ciclo olímpico, y no solo en el escenario final.
En el caso de los Pumas 7, la expectativa no se cumplió, generando una sensación de decepción, similar a lo que ocurrió con la selección de fútbol que tuvo la mala fortuna de enfrentarse al equipo local demasiado pronto en el torneo. Para otros deportes, la realidad fue que el resultado final reflejó el esfuerzo y la preparación que se invirtió durante los últimos tres años, con el principal objetivo de clasificar a los Juegos Olímpicos.
Ejemplos de ello son Agostina Hein, quien, a su corta edad, logró un meritorio 14° lugar en los 800 metros libre de natación, y Ulises Saravia, quien también mostró un desempeño prometedor en este deporte, aunque las expectativas eran moderadas. Macarena Ceballos, por su parte, alcanzó las semifinales en los 100 metros pecho, terminando en el 15° lugar.
Belén Casetta, en atletismo, experimentó una de las mayores frustraciones al no poder avanzar de ronda en sus terceros Juegos Olímpicos. Sin embargo, no se esperaba que compitiera por una medalla, lo que nos recuerda la necesidad de ajustar nuestras expectativas culturales y no juzgar únicamente por el número de medallas obtenidas.
El caso de José "Maligno" Torres en BMX Freestyle fue una excepción notable. Su victoria en una disciplina de altísimo nivel, frente a rivales de Australia, Estados Unidos y el anfitrión Francia, fue una sorpresa que quemó todos los pronósticos. La justicia de los jueces en esta ocasión permitió que Torres se alzara con el oro, demostrando que, a veces, el trabajo arduo y el talento prevalecen incluso en competencias de interpretación subjetiva.
El balance positivo también se debe a la actuación de Mateo Majdalani y Eugenia Bosco en Nacra 17, quienes ganaron la medalla plateada tras casi 10 años de trabajo silencioso y constante. Majdalani, quien comenzó como entrenador de Cecilia Carranza y Santiago Lange, finalmente logró subir al podio junto a Bosco, demostrando que la preparación y la constancia son clave para el éxito.
El cuarto puesto de Agustín Vernice también merece reconocimiento, siendo un resultado valioso y que refleja el esfuerzo invertido.
El oro de "Maligno" Torres es un gran logro para la delegación argentina en un contexto de incertidumbre, y es una promesa de mayores oportunidades en el futuro. Sin embargo, aquellos que no cumplieron con las expectativas o que no lograron llegar a París podrían enfrentarse a dudas sobre cómo continuar su trabajo en los próximos años.
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