El secretario general de la UOCRA, Julio Ramírez, expuso la delicada situación del sector de la construcción en Tierra del Fuego. Sin avances significativos en las obras públicas, las perspectivas para los trabajadores desocupados se mantienen sombrías, mientras que las promesas de financiamiento nacional continúan sin concretarse.
Obras paralizadas y proyectos inciertos
Ramírez señaló que, aunque se espera que en diciembre comiencen las obras del IPV, el panorama sigue siendo desalentador. “Hasta ahora, solo se pagaron deudas a las empresas, pero las obras están detenidas. Si llegan a iniciarse, será con pocos trabajadores y bajo un esquema de prueba piloto para evaluar si el gobierno nacional cumple con los pagos de las certificaciones”, explicó.
Además, lamentó la cancelación de proyectos del programa PROCREAR, que ahora dependerá de créditos individuales para construir viviendas. Esto, según el dirigente, representa un golpe para el empleo en el sector.
Sector privado como única alternativa
La actividad privada ofrece una ligera esperanza, con trabajos puntuales en proyectos de empresas como Total. Sin embargo, la cantidad de empleos generados es limitada. Actualmente, unas 400 personas están trabajando en toda la provincia, mientras que alrededor de 800 esperan una oportunidad.
Ramírez destacó el impacto que podría tener la reactivación de obras como el puerto o los proyectos de Tierra del Fuego Energía y Química, que podrían generar cientos de puestos de trabajo. Sin embargo, reconoció que estas iniciativas están condicionadas por demoras tanto a nivel provincial como nacional.
Críticas al manejo de los fondos nacionales
El dirigente se mostró escéptico respecto a las promesas del gobierno nacional. “Todo son anuncios para ganar tiempo, pero la realidad es que los fondos no llegan. El presidente es un mentiroso; baja la inflación en los números, pero la gente no puede comprar ni trabajar”, criticó con dureza.
Falta de impulso desde el municipio
En el ámbito local, la situación no es muy diferente. Según Ramírez, los trabajos municipales, como el bacheo, no generan empleo significativo para los desocupados registrados en la bolsa de trabajo de la UOCRA. “Los proyectos son mínimos y no tienen impacto real en nuestra gente”, afirmó.
Desafíos y expectativas
Ramírez denunció además el manejo de la licitación de Total, que benefició a una empresa de Buenos Aires en lugar de priorizar a las compañías locales. Pese a esto, mantiene la esperanza en que proyectos como Tierra del Fuego Energía y Química puedan resurgir y ofrecer soluciones a largo plazo.
El panorama en la construcción sigue siendo complicado, con trabajadores dependiendo de empleos esporádicos y promesas que no se concretan. Mientras tanto, los reclamos de Ramírez reflejan la urgencia de encontrar respuestas efectivas para reactivar un sector crucial en la economía fueguina.
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