La presidente de la Cooperativa Renacer, Mónica Acosta, advirtió por Radio Nacional Ushuaia un complicado fin de año, con una paralización de la producción que podría llegar a los seis meses, nunca registrada en sus 15 años de historia.
“Nosotros deberíamos ser como un pequeño país dentro de un país más grande, con otras particularidades y con otras formas en las que impacta la crisis, inclusive mucho antes”, dijo, dado que el impacto de las medidas del gobierno comenzó a sentirse antes en la isla que en el continente.
“La crisis económica es antecedida primero por una crisis política y generada políticamente. Más allá de las condiciones internacionales, los mercados, que siempre han impactado en nuestro país, acá hay otro tipo de crisis y todos lo sabemos. Esto se da a partir de las medidas económicas que se tomaron y fueron decantando una profundización en la desindustrialización”, sostuvo.
“Hoy la desindustrialización está más acelerada que en los diez años del menemismo, y esto se fue dando a través de la apertura de importaciones, de tarifas elevadas, y también por transigir en ir resignando derechos de nuestra ley de promoción. Hay que recordar el origen que posibilitó la caída de muchos puestos de trabajo en la Argentina, cuando se concilió la posibilidad de que no se hagan más computadoras bajo la excusa de la competitividad, los precios y una cantidad de cosas”, recordó, en momentos en que las voces del oficialismo minimizaban el impacto.
“Ahí empezamos a ver que los compañeros que trabajaban en empresas subsidiarias como la de BGH, quedaban fuera de a 100, de a 500 y luego de a miles. Así hemos presenciado dolorosamente una sangría, a fuerza de precariedad y también de entrega, y no se ha tomado la decisión política de contrarrestar esto con un plan de contingencia”, cuestionó.
“Yo entiendo que no debe ser nada fácil gobernar una provincia que tiene un partido político distinto, y permanentemente depender de los recursos de otros. Pero nosotros marcamos la diferencia cuando mostramos que tenemos propuestas y proyectos para salvaguardar. Se habló de la reconversión a las industrias automotrices, que también están muy mal porque la inundación de vehículos importados es tremenda. Debió ser otra la forma de pelear y marcar la diferencia, no permitiendo que se destruya el consumo, el mercado interno. Hay un montón de cosas que se podrían haber trabajado y no digo que no estemos a tiempo, pero ya hay costos y la situación es muy grave”, manifestó.
Mendigando un puesto en una obra
Lo cierto es que hoy los ex metalúrgicos que han quedado fuera de toda posibilidad de reinsertarse en otra fábrica, hacen colas en la UOCRA buscando un lugar en la construcción, con magros resultados porque no están capacitados para esa tarea: “Esto se está dado y hay un término nuevo que se ajusta a la situación, porque esto es un verdadero industrialicidio”, definió Acosta.
“Se pierden 30 años de oficio, de profesionalismo, porque la cantidad de idóneos que ha arrojado la industria electrónica a lo largo de estos 30 años es inconmensurable y quedamos azorados, porque hoy vemos un desfile de estos trabajadores buscando reinsertarse en otro sector”, dijo.
Deudas y más deudas
Puertas adentro de la Cooperativa, la situación es crítica. “Nosotros somos una fábrica recuperada, tenemos 200 mil problemas porque nuestros clientes están en recesión de pagos y nos deben casi toda la producción del mundial. Tenemos una cuota de comprensión a la vez, porque los supermercadistas quedaron abarrotados de stock y no le han pagado muchas veces a los empresarios con los que firmamos contrato, se retrasaron los pagos a los proveedores y esto es toda una cadena”, planteó.
Como alternativa queda la venta en puerta de fábrica de los televisores de los que podrán hacerse como forma de pago: “Más allá del contrato legal que podamos firmar con nuestros clientes, nosotros siempre nos quedamos con una especie de garantía flotante porque, a medida que se va suscitando una deuda podemos establecer una equivalencia en productos terminados que garantice cualquier tipo de incumplimiento. Es muy factible que tengamos un stock muy numeroso de televisores para vender”, anticipó, si bien colocarlos no va a ser sencillo.
“Tenemos un dólar que se disparó de una forma abismal y no podemos tomar un precio como referencia, porque si tenemos que reponer el producto a un dólar de 40 pesos, es incomprable. La realidad muestra que no hay precio de referencia. En Garbarino un televisor de 43 pulgadas está en 10.500 pesos, en La Anónima está en 16.000 y cada negocio pone el precio de acuerdo al stock que encargó. Después están los otros que quedaron super stockeados y están vendiendo inclusive por debajo de cualquier costo posible, para hacer alguna especie de recupero”, sostuvo.
Seis meses parados
En este escenario de recesión, que tiende a agravarse, ya prevén seis meses sin actividad por la falta de pedidos. “Nosotros estamos empezando a sentarnos por ejemplo con la gente de Alladio, para la que hacemos microondas. Había cierta perspectiva de continuidad, pero ahora estamos en el freezer con todas las conversaciones. Es muy duro porque, pese a las precariedades, este mes vamos a cumplir 15 años como cooperativa desde que nos dieron nuestra matrícula y nunca tuvimos un parate de seis meses. Nuestro comienzo fue muy precario, se repartía lo que entraba, pero dentro de ese marco de precariedad siempre fue medianamente estable. Nunca nos tocó tener que pensar en la posibilidad de estar seis meses sin trabajo”, reiteró.
Repasó la historia de la cooperativa, que empezó fabricando lavarropas para las viviendas del IPV con el remanente de insumos de la ex Aurora-Grundig. Con altibajos, pudieron sostenerse y “cuando veíamos que no ingresaban muchos recursos, gestionábamos un subsidio al Ministerio de Trabajo para poder autosostenernos, y nunca estuvimos cerrados a nuestra forma de ingreso, haciendo trabajo a terceros. Recién en 2007 tuvimos nuestra primera incursión en la fabricación de microondas, por un plan Manos a la Obra que nos dio Alicia Kirchner, y pudimos comprar dos contenedores. Ahí hicimos otro tipo de experiencia con un producto terminado que no habíamos fabricado nunca, hasta llegar al 2009, que fue el boom luego de la baja de los impuestos internos, y estuvimos diez años trabajando a fasón con Newsan. A los dos años nos pusimos la meta de diversificarnos con otros productos, que fueron las aspiradoras, y en dos años posteriores empezaron los televisores”.
El nuevo gobierno que prometió el cambio, eliminó los incentivos a la producción con los tarifazos, abrió las importaciones y comenzó a sacar de competencia la fabricación nacional de aspiradoras, de microondas, de televisores, luego de bajar la persiana al sector de informática. “Hoy tenemos planificada la entrega de microondas en la segunda semana de octubre y a partir de allí hay un parate profundo hasta diciembre, cuando llegarían nuevos insumos que compramos para hacer televisores. Si en octubre no firmamos con nadie, ya estamos previendo un parate en la producción de seis meses como mínimo. Si en diciembre no planificamos nada, esto seguirá el primer trimestre del año que viene y así sucesivamente”, alertó.
Para los primeros días de diciembre esperan una partida de insumos para fabricar tres mil televisores, que fueron adquiridos con un nuevo crédito gestionado en el BTF. “En un momento como este tratamos de no endeudarnos y estuvimos casi tres meses para conseguir el préstamo, por 20 millones de pesos con una tasa del 30,57%. Volvimos a hipotecar el predio que estaba en discusión el año pasado porque sabíamos que la situación se iba a profundizar. Con estos recursos compramos insumos para la mitad de los televisores que compramos con la misma plata el año pasado”, dijo, sin perder la esperanza de encontrar compradores.
Se le preguntó si recuerda una situación igual de paralización de la cooperativa: “Aun en los momentos difíciles de 2004 nunca estuvimos seis meses sin hacer nada. Es muchísimo tiempo y, por más que vayamos percibiendo de a poco los recursos que van entrando, que no es la idea, el miedo de los compañeros es hasta dónde va a dar nuestra capacidad de autosostenimiento con esos recursos”, admitió.
Entrega de viviendas
El viernes, como un aliciente a la crisis, 70 trabajadores recibieron la llave de su vivienda. “Después de casi cinco años de gestión a las 16 horas se hizo el sorteo de las llaves de la puerta a 70 beneficiarios de los departamentos de Andorra. A corto plazo muchos de ellos van a dejar de pagar alquileres y van a tener su vivienda digna”, concluyó Acosta.
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