La iniciativa fue impulsada por la Agencia Nacional de Discapacidad, cuyo director ejecutivo, Diego Orlando Spagnuolo, destacó que la normativa se fundamenta en recomendaciones de expertos en medicina legal-laboral y otras disciplinas médicas. Este baremo establece un marco para analizar el deterioro psicofísico de los solicitantes, permitiendo clasificar las condiciones de salud según su impacto en la capacidad laboral.
¿Qué establece el nuevo baremo?
El documento incluye una serie de apartados diseñados para evaluar cualitativamente el grado de incapacidad psicofísica según cada sistema o aparato del cuerpo humano. Esta clasificación determina si una condición médica es suficiente para otorgar el beneficio de la pensión.
Las evaluaciones se dividen en cuatro dictámenes posibles:
- Siempre favorable: Incapacidad laboral suficiente para garantizar la aprobación del beneficio, sin necesidad de considerar otros factores.
- Evaluable: Casos que requieren mayor análisis, interconsultas o documentación adicional, con posibilidades de resultados favorables o desfavorables.
- Incapacidad baja: La condición genera alguna limitación, pero no alcanza el grado necesario para otorgar la pensión.
- Sin incapacidad: Aunque existe una patología, no presenta ningún grado de invalidez que justifique el otorgamiento del beneficio.
Un enfoque respaldado por expertos
El nuevo baremo se basa en estudios realizados por especialistas a nivel nacional, quienes han contribuido con conocimientos periciales y experiencia en la evaluación de daños y condiciones de salud. Esto busca garantizar que las pensiones por invalidez laboral se asignen de manera justa y acorde a criterios médicos actualizados.
Impacto de la medida
Con esta actualización, se espera brindar mayor precisión en las decisiones sobre el otorgamiento de pensiones, al tiempo que se ajustan los lineamientos a las realidades médicas actuales. La implementación de este baremo refleja un esfuerzo por optimizar los procesos de evaluación en todo el país.
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