La ingeniera Jorgelina Pastoriza, propietaria de las tierras de Río Encajonado, volvió a reclamar por los medios ante la tala de árboles que continúa realizándose “sin autorización”.
Por FM Aire Libre, tras difundirse más imágenes sobre una tala masiva de árboles añosos, dijo que “no había ninguna autorización y justamente fuimos a recorrer el lugar debido a lo que sucedió el 20 de agosto, cuando entraron con motosierras en Túnel. Nos fuimos caminando y es bastante difícil el acceso de Río Encajonado. Hasta llegar a Punta Segunda son cuatro kilómetros y medio de recorrido, y nos encontramos con esta imagen desoladora, de más de dos kilómetros de bosque destrozado, por diez metros de ancho. Estos son muchos más de 22 árboles y es un desastre para el ecosistema. Sacaron una cantidad de árboles, además de remover el suelo, aflojarlo, hacer que escurra más agua, que puede provocar que más árboles caigan. Realmente es un daño irreversible”, manifestó.
“Por supuesto no había ningún permiso y ni siquiera hubo aviso. Supuestamente en la obra iba a haber un referente de Medio Ambiente con quien íbamos a hablar y nos iba a avisar de cualquier tarea. Pero no se avisó nada, entraron como a escondidas, hicieron todo sin que nadie se entere, y quiero aclarar que esta tierra es privada. No se cumplió con ninguno de los requisitos que pide la ley con respecto al ofrecimiento administrativo. Tampoco hay ningún expediente judicial para acceder a la tierra. Esto que hizo Gancedo es totalmente ilegal y por supuesto tenemos a nuestro abogado con este tema, realizando las denuncias pertinentes. Pero el daño está hecho y hay dos kilómetros de bosque devastado”, subrayó.
“Estamos muy apenados, porque eso que está pasando con el bosque es muy triste. Ya hay una denuncia presentada y ahora se presentó una ampliación por esta nueva intrusión”, informó.
“Tiraron árboles de 30 metros de altura, hay árboles centenarios, monumentales, que deberíamos cuidar porque son el patrimonio nuestro y lo que los turistas vienen a ver. Estamos devastando nuestra riqueza turística. Los turistas vienen a los bosques vírgenes, porque casi no quedan en el mundo. Si vemos la ley de bosques, toda la zona que cortaron es categoría rojo, es decir que no se puede tocar. Por la zona hay un bosque con categoría amarillo, por lo cual el impacto sería menor, y nosotros hicimos propuestas alternativas, que desoyeron completamente. Las presentamos a gobierno y nunca nos dieron cabida; propusimos zonas donde el bosque es amarillo y tendría un impacto menor, pero no lo tuvieron en cuenta. En la zona de Punta Segunda y Estancia Remolino, se ve que las máquinas se mandaron a hacer camino y rompieron todo, volvieron para atrás, sin planificación, sin medición. No hay seriedad en cómo se está haciendo esta obra”, cuestionó.
“No hay un proyecto ejecutivo. Hay una línea dibujada sobre google donde más o menos va a pasar la traza, y debería haber un estudio por el tema de los yacimientos arqueológicos. Hay cementerios en Estancia Remolino y me gustaría saber si fueron marcados, pero lo dudo. En la parte de bosques, los renovales deberían haber sido extraídos y conservados para plantarlos nuevamente, pero no se conservó nada y tiraron todo”, agregó.
Consideró “llamativa la tozudez del gobierno para seguir adelante con esto, y que no permita que se pueda revisar. Esto me lleva a pensar en cosas turbias, porque no están cumpliendo lo que se pautó en el pliego. No hay un referente ambiental de la empresa y no podemos hablar con ellos. No han avisado que iban a hacer estos trabajos, y de hecho empezaron a hacerlos con senderistas en el camino. Eso es peligrosísimo. Es llamativo que estén tan apurados para terminarlo antes de diciembre”, concluyó.
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