La abogada, Dra Adriana Varisco, defensora de Carlos Toledo solicitó la pena mínima en el juicio por el asesinato de Franco García, argumentando que su cliente no actuó con dolo homicida y que el hecho ocurrió en un contexto de legítima defensa. Durante los alegatos finales, la defensora criticó la calificación de "homicida a sangre fría" utilizada por el Ministerio Público Fiscal (MPF), considerándola ofensiva y carente de fundamento. En su exposición, detalló una serie de atenuantes que, según su postura, deberían ser considerados al momento de dictar sentencia.
La defensora comenzó poniendo en duda la validez de la prueba presentada por la fiscalía, subrayando que no toda la evidencia reunida refleja necesariamente la verdad de los hechos. Cuestionó la narrativa construida por la acusación, que se apoyaba en testimonios selectivos y en la interpretación subjetiva de imágenes de video sin sonido. Según la defensa, la fiscalía presentó una versión distorsionada que no consideró todos los testimonios ni las circunstancias en las que se desarrollaron los hechos.
La versión de la defensa sostuvo que la pelea, ocurrida el 12 de octubre en el predio Chocolate, se inició debido a los celos de García cuando vio a Toledo conversando con Aixa Villanueva. A partir de allí, la discusión se transformó en un enfrentamiento físico en el que participaron varias personas, todas en estado de ebriedad. La abogada enfatizó que Toledo no buscó la pelea, sino que fue arrastrado a ella, y que en ningún momento se comprobó que llevara un arma blanca, como sugería la fiscalía. Tampoco se halló el supuesto cuchillo utilizado, ni existen registros que muestren a Toledo portando o descartando un objeto de tales características.
La defensa también hizo hincapié en el estado de intoxicación de Toledo, quien tenía una alta concentración de alcohol en sangre, lo que pudo haber afectado su capacidad cognitiva y su comportamiento durante el incidente. Señaló que los resultados de las pruebas toxicológicas no estaban disponibles, lo que deja dudas sobre si hubo consumo de otras sustancias. La abogada argumentó que, bajo estas circunstancias, no se puede afirmar con certeza la existencia de un dolo directo y cuestionó la interpretación de la fiscalía sobre las motivaciones de Toledo al momento del hecho.
En un tramo central de los alegatos, la defensora apuntó contra Aixa Villanueva, describiéndola como una figura clave en el desencadenamiento del conflicto. Según la defensa, Villanueva envió mensajes provocadores a García antes del enfrentamiento y no se presentó a declarar en el juicio, a pesar de estar citada. La abogada acusó a Villanueva de haber incentivado la pelea y destacó que el grupo de amigos presentes en el lugar pertenecía a García, dejando a Toledo y a su compañero en desventaja.
Otro aspecto destacado fue la vida personal de Toledo y el rol que desempeñaba como cuidador de su abuela y su tío enfermo. La defensa presentó documentación para respaldar esta afirmación, buscando demostrar que Toledo no era la persona violenta que la fiscalía intentó retratar. La abogada señaló que el estado de salud de su tío, quien se encuentra en condiciones graves, era un factor que debía ser tenido en cuenta al evaluar el perfil del acusado.
La abogada criticó duramente la solicitud del MPF de imponer una pena de 19 años de prisión, alegando que dicha condena no contribuiría a la rehabilitación y reinserción social de Toledo, que son los fines del sistema penal. En su lugar, solicitó la aplicación de una pena mínima, considerando la posibilidad de que los hechos se enmarquen en un "exceso en la legítima defensa". Argumentó que Toledo reaccionó instintivamente para protegerse en un contexto de peligro, sin intención deliberada de causar la muerte.
Al cerrar sus alegatos, la abogada hizo un llamado a la reflexión sobre las problemáticas sociales que influyen en casos como este, mencionando factores como el consumo de alcohol, la deserción escolar y la falta de contención para los jóvenes. Afirmó que "nadie nace asesino a sangre fría" y que las circunstancias en las que ocurrió la pelea deben ser consideradas al evaluar la responsabilidad penal de Toledo. Solicitó al tribunal que actúe con justicia y equidad, tomando en cuenta los atenuantes presentados y garantizando la posibilidad de rehabilitación del acusado.
Con estas consideraciones, la defensa concluyó su pedido al tribunal, insistiendo en que, de ser considerado culpable por homicidio simple, se aplique la pena mínima prevista por la ley, apelando al sano criterio de los jueces para valorar las circunstancias del caso. Mañana jueves, serán las últimas palabras de Toledo y posteriormente se conocerá el veredicto.
Compartinos tu opinión