Hace 48 años sucedía algo como hoy, la misión británica Shackleton estudiaba el Mar Argentino en busca de petróleo. En ese entonces, Argentina respondió echando al embajador en Buenos Aires y cañoneando a los ingleses por invadir el mar territorial. Un mes, después, el golpe militar...
El pico de la crisis se alcanzó el 4 de febrero cuando el destructor de la Armada Argentina ARA Almirante Storni. Se dispuso a detener al buque de investigación oceanográfica británico RRS Shackleton que navegaba a 78 millas al sur de Puerto Stanley. Desde el destructor se ordenó: "Detenga las máquinas o abriré fuego". El motivo esgrimido por la nave argentina fue que los británicos se hallaban dentro del límite de la jurisdicción argentina de las 200 millas alrededor de las Islas.
La Presidente de la Nación dio venia al posible ataque. Según algunos informes, también se creía que Lord Shackleton se encontraba a bordo. El capitán del buque británico, actuando bajo órdenes radiales del gobernador de las Malvinas, Neville French, no detuvo la marcha, se rehusó a recibir un grupo de abordaje o seguir al Storni al puerto de Ushuaia. Con el fin de aumentar la presión, las acciones del destructor fueron apoyadas por un avión de reconocimiento marítimo Neptune de la Armada. El destructor entonces hizo varios disparos sobre la proa del Shackleton que a pesar de ello prosiguió su ruta hacia Puerto Stanley. El buque argentino no persistió en su accionar pero siguió a la nave inglesa hasta seis millas de ese puerto donde finalmente emprendió el retorno. El hecho que la nave argentina se haya limitado a realizar algunos disparos y que no emprendió ninguna otra acción a pesar de su capacidad, parecería demostrar que sólo se buscó enviar un aviso: no se le reconocían derechos a Gran Bretaña para incrementar el desarrollo económico de las Islas. Ante los hechos, se sucedieron las protestas británicas ante el Gobierno argentino y ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Fue que en el año 1976, acaeció un hecho similar al actual (los ingleses pretendían excavar y dilapidar nuestro petróleo en Malvinas), pero con acciones absolutamente distintas del gobierno nacional de entonces… Claro está, en esa época había un gobierno nacional y popular, bueno o malo habrá que enjuiciarlo en otro momento, pero nadie podrá discutir la buena fe del mismo para con nuestros intereses nacionales y para con nuestra dignidad de nación: la Presidencia de María Estela Martínez Cartas de Perón, tan difamada como una mujer “débil y torpe” por el tan “fuerte e inteligente Pueblo de la Nación Argentina”…
Perón Y la Posibilidad del Condominio Insular:
En 1974, el Canciller Alberto J. Vignes afirmó que las negociaciones sobre la transferencia de las islas Malvinas a nuestro país, si bien parecían acelerarse, (en esos tiempos), "la política [argentina]amistosa sería revisada”.
En Gran Bretaña, el nuevo gobierno del Primer Ministro Harold Wilson inició conversaciones diplomáticas introduciendo la posibilidad de un condominio Ingles-argentino sobre nuestro archipiélago. Ello dio lugar a importantes encuentros entre representantes de los gobiernos argentino y británico en julio de 1974. En esa oportunidad, el embajador de Gran Bretaña presentó al canciller Vignes una comunicación escrita en la que informaba haber sido instruido por su gobierno "para proponer que las discusiones entre Gran Bretaña y la Argentina sobre el futuro de las Islas deberían resumirse sobre la base de las salvaguardias y garantías a extenderse a los isleños en el hipotético caso de un condominio de Gran Bretaña y Argentina en relación a la soberanía territorial sobre las Islas Falkland"
La comunicación británica además expresó lo siguiente:
El objetivo del Gobierno de Su Majestad al entrar en negociaciones sobre la base del condominio será resolver la disputa de la soberanía a través de la aceptación de la co-soberanía argentina sobre las Islas y que el producto final pueda ser un tratado que solucione la disputa anglo-argentina creando una atmósfera favorable en la cual los isleños puedan desarrollarse acorde a sus intereses.
Finalmente, el documento señaló que "cualquiera fuera la forma que pudiese asumir el condominio, éste tendría algunos elementos básicos, como ser que ambas banderas flamearan juntas, que se adoptaran los idiomas español e inglés como idiomas oficiales, que se aceptará la doble nacionalidad para los isleños, y que el gobernador fuese designado alternativamente por la Reina y el Presidente de Argentina. Sobre esas bases, el gobierno inglés aceptaba, en forma oficial y preliminar, iniciar las conversaciones en Buenos Aires".
Esta aproximación diplomática británica coincidió con una contrapropuesta de la Cancillería argentina también sobre "condominio" que era similar en muchos aspectos.
Las conversaciones sobre el tema se desarrollaron en forma muy confidencial. Pero luego de la muerte del presidente Perón no se continuó trabajando sobre esta opción, la cual parecía ser una solución pacífica y justa. Según Lanús, de acuerdo con testimonios, el presidente Perón habría dado su conformidad para que se analizara dicha solución al diferendo sobre la soberanía, pero que al producirse su deceso, el canciller Vignes "ocultó e hizo zozobrar esas negociaciones a pesar de la posición de Perón", desconociéndose los motivos de Vignes para adoptar semejante decisión.
Por el lado británico, estas conversaciones que se realizaron sin la aprobación o la participación de los isleños fueron desbaratadas por el Parlamento, lo que llevó al Gobierno británico a informar en agosto de 1974 que no sería práctica la continuación de las conversaciones sobre el tema.
Mas cierto es que el proyecto del General Perón era un gran avance para con el destino del archipiélago.
¡Petróleo en Malvinas!
A partir de 1969, el Gobierno británico había comenzado a percibir la resonancia política que podía generar la posible existencia de petróleo alrededor de las Malvinas. En aquella oportunidad, el Foreign Office concluyó que sería mejor no hacer nada al respecto por temor a provocar un aumento en la tensión política entre Gran Bretaña y la Argentina al punto de empujar a esta última a ocupar las islas por la fuerza.
Más tarde, el Gobierno británico decidió realizar sus propias exploraciones en las aguas de las Malvinas para constatar si efectivamente había allí petróleo. Para ello, a partir de 1970 se llevaron a cabo relevamientos en la zona. Hacia mediados de los 70 se habían acumulado pruebas que sugirieron que probablemente existía petróleo en la región.
De inmediato, varias empresas petroleras se interesaron en la zona y, según manifestaciones del Secretario Principal del Territorio de Gran Bretaña, se estaban esperando los resultados de un informe que había sido encargado a un equipo de investigadores de la Universidad de Birmingham. [10]El informe titulado "Geology of the Region around the Falkland Islands" fue preparado por Departamento de Ciencias Geológicas de esa universidad y sus autores fueron P.F. Barker, J. Burrel, P. Simpson y D.H. Griffiths y presentado en marzo de 1975.
Según el informe existían ciertas y grandes posibilidades de encontrar petróleo en las Islas y en el mar adyacente.
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