El general José de San Martín nació en Yapeyú provincia de Corrientes en 1778, en el seno de una familia española acomodada; su padre, Juan de San Martín era teniente gobernador de la ciudad, su madre Gregoria Matorras, también era de origen español.
En el año de 1784, siendo aún muy pequeño su familia decidió regresar a España, años después ingresó al seminario de Nobles de Madrid en el que estudió diversas ciencias, idiomas y artes.
En 1786 inició su carrera militar como cadete en el Regimiento de Murcia, en el que se destacó desde muy temprano por su pericia táctica. A los 13 años participó en la campaña de Melilla y Oran. A los 17 años ya poseía el grado de teniente segundo.
En 1808 fue condecorado con medalla de oro por luchar contra Napoleón en la batalla de Bailén donde los españoles enfrentaron a los franceses el 19 de julio, esta supuso la primera derrota histórica del ejército napoleónico.
Más tarde se trasladó a Londres, lugar en el que estuvo influenciado por los aires de libertad que se venían gestando en la América española. Con esta idea, San Martín decidió regresar a Argentina donde se unió al ejército criollo, para luchar por la liberación de su país natal.
Batallas por la independencia
En 1813 forma la logia “Lautaro” integrada por políticos y pensadores de la época quienes tenían como fin establecer una estrategia para la definitiva independencia de la nación. Crea, además, el regimiento Granaderos a Caballo con el que lucha en la Batalla de San Lorenzo.
En 1817 emprende el famoso cruce de los Andes para liberar a Chile, ocurriendo la batalla de Maipú que fue decisiva en la Guerra de Independencia de ese país. Fue nombrado protector de Perú cuatro años después, declarando la independencia en 1821.
Posteriormente, regresa a Chile a visitar a su esposa María de los Remedios de Escalada quien cayó enferma de tuberculosis y murió en 1823. Ese mismo año regresó a Europa con su hija Mercedes San Martín.
Últimos años del general José de San Martín
Desanimado por las luchas políticas internas en Buenos Aires decidió regresar a Europa junto a su hija radicandose en París, Francia. Ya había conquistado gran parte de sus metas y diversos países lo consideraban un héroe americano.
Falleció a la edad de 72 años en 1850, en la ciudad costera de Boulogne-sur-Mer, luego de estallar la revolución en Francia. Su cuerpo fue trasladado a Argentina en 1880.
Sus restos reposan en la capilla Nuestra Señora de la Paz, mausoleo construido en su memoria en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
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