Ahora esa relación cayó a 1,13, con 53,4 millones de cabezas vacunas y 47 millones de la población actual.
Sólo en 1920 la ingesta nacional de carne fue inferior: 46,9 por año, según informes de la Bolsa de Comercio de Rosario y el IPCVA.
El consumo de carne bovina, cuya media histórica entre 1914 y 2021 es de 73,4 kg/hab/año, ya venía en retroceso en la dieta de los argentinos.
El promedio cayó a 54,5 kilogramos por habitante por año en los últimos cinco años, y sigue bajando.
Para los expertos, es consecuencia de la "disminución directa del consumo, al tiempo que también se amplió la absorción de otras proteínas animales", como el pollo y el cerdo.
Es que el consumo total de carnes se incrementó, en detrimento de la bovina.
La carne vacuna ahora representa apenas el 44% de los 109,4 kilogramos por habitante por año de proteínas animales que se consumen, cuando a principios de este milenio representaba entre el 60% y el 70%.
Desde 1975 hasta la actualidad la producción cárnica bovina se mantuvo en un rango estable que va de las 2,5 a los 3 millones de toneladas por año.
Si se comparan las 0,74 millones de toneladas exportadas en 2021 con las 0,38 millones de toneladas de 1960, el crecimiento en el comercio exterior es de 81%.
Países como Brasil e India, en ese mismo período pasaron de no exportar absolutamente nada a embarcar 2,54 y 1,40 millones de toneladas, respectivamente.
En tanto, los despachos de Australia (país que ocupaba el segundo puesto como principal exportador de carne en 1960 sólo por detrás de la Argentina), casi se multiplicaron por 7 y los de Nueva Zelanda por 4, explica el informe.
La Argentina cayó del primer puesto como exportador de carne vacuna en 1960 (cuando abastecía cerca del 40% de su demanda internacional) al número cinco en 2021, con una participación del mercado de apenas el 6%.
El consumidor argentino, en promedio, ingiere unos 110kg de carne entre vacuno, pollo y cerdo, mientras el resto de los países de la región consume en promedio menos de 100kg.
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