La muerte de Manuel Calbun, cuyo cuerpo fue hallado sin vida en una vivienda de calle Piedrabuena 1145, sigue generando incertidumbre y preocupación entre sus familiares, quienes cuestionan severamente el accionar judicial y policial. Aunque desde la justicia se determinó que falleció por causas naturales, los seres cercanos a la víctima sostienen que hay elementos que indicarían lo contrario.

"No fue una muerte natural, como dicen". La mujer detalló que al ingresar a la vivienda, el mismo día que les entregaron el cuerpo, se encontraron con un panorama alarmante: el lugar estaba completamente revuelto y saqueado. "El sillón, la ropa, los platos, todo revuelto", describió.

Según su testimonio, Manuel no estaba solo el día de su fallecimiento. "Nos enteramos que el lunes él tenía dos personas viviendo con él, lo informamos y denunciamos, pero la policía no hizo nada", señaló.

Uno de los hechos que más indignación generó en la familia fue el estado en el que se encontraba el cuerpo al momento del velorio. A pesar de que desde el juzgado les indicaron que debía mantenerse el cajón cerrado, sus allegados insistieron en verlo. "Cuando nos abren el cajón en la sala velatoria, el cuerpo estaba disfigurado. Tenía diez golpes en la cara, la nariz quebrada, hematomas en la cabeza y todo su cuerpo cianótico", relató la familiar. "Nos dijeron que no sabían cuándo ni cómo había muerto, porque ni siquiera le pusieron la hora de fallecimiento", agregó.

También hubo demoras en la entrega del cuerpo y faltantes en la documentación. "El martes me llaman al mediodía para retirarlo, que según la forense había sido un paro cardíaco. Pero hubo irregularidades con los papeles, faltaban documentos en la comisaría y en la forense. Recién a las siete de la tarde pudimos obtener los papeles para velarlo", contó.

La familia aseguró haber proporcionado nombres de personas sospechosas, incluso afirmaron que una de ellas intentó escapar. "Nos enteramos que uno de los involucrados intentó escapar. Y después confirmamos que los detenidos en la frontera de Chile eran los mismos que vivían con él. Pero sabemos que fueron más de dos personas, porque la casa era un desastre", indicó.

Frente a estas declaraciones, los familiares exigen que se reabra la investigación y que se contemple la posibilidad de un hecho criminal. Aseguran contar con pruebas que podrían dar un giro en la causa y piden que se les escuche.