El pediatra Nicolás Senn informó sobre un notable incremento en los casos de una enfermedad viral exantemática conocida como “mano-boca”. Esta afección, que afecta principalmente a niños menores de 10 años, ha generado preocupación entre los padres debido a sus características contagiosas y el malestar que provoca en los pequeños.
“El virus que causa esta enfermedad genera un cuadro clínico similar al de la varicela o el sarampión”, explicó Senn. Los primeros síntomas incluyen fiebre, dolor de garganta y rinorrea (secreciones nasales). “Luego de estos síntomas iniciales, suelen aparecer pequeñas manchas en las manos, en las plantas de los pies y en la boca, tanto en la parte externa como en la mucosa interna”, agregó.
La enfermedad es extremadamente contagiosa, sobre todo en niños pequeños que asisten a guarderías o jardines. “Se transmite a través de las secreciones nasales, la saliva e incluso la materia fecal. Los niños de estas edades tienden a llevarse objetos a la boca, compartir juguetes o tocar superficies contaminadas, lo que facilita la transmisión del virus”, advirtió Senn.
El pediatra detalló que, una vez que el niño ha estado en contacto con el virus, este tiene un período de incubación de entre tres a seis días, durante el cual ya es contagioso aunque no presente síntomas. “El cuadro clínico, con fiebre y otros síntomas, puede durar aproximadamente una semana, y durante los primeros diez días es cuando hay mayor riesgo de contagio”, afirmó.
En cuanto al tratamiento, Senn subrayó que no se necesita ningún medicamento específico: “Es importante aclarar que esta es una enfermedad autolimitada, es decir, se cura sola. No se requiere antibióticos, ya que estos no tienen ningún efecto sobre el virus”. En cambio, el tratamiento se basa en aliviar los síntomas: “Se puede administrar ibuprofeno, paracetamol o dipirona para bajar la fiebre y calmar el dolor, especialmente en la boca o en las zonas afectadas de las manos y los pies”.
Además, recomendó mantener bien hidratado al niño y ofrecerle una dieta suave para evitar el dolor en las lesiones bucales. “Es importante evitar alimentos ácidos como jugos cítricos, que pueden irritar aún más las lesiones”, agregó. También señaló que las pequeñas ampollas que pueden formarse en las manos o en la boca contienen líquido contagioso, por lo que se debe prestar especial atención a la higiene para evitar complicaciones.
Si bien la enfermedad afecta principalmente a niños pequeños, Senn explicó que puede presentarse en menores de hasta 10 años. “Es más común en los más pequeños debido a sus hábitos, como la salivación excesiva y el contacto frecuente con pañales y objetos que se llevan a la boca”, comentó el pediatra. También señaló que si un niño ya ha tenido esta enfermedad, no está exento de volver a contagiarse, ya que existen diferentes cepas del virus que pueden provocar nuevos episodios.
Aunque el virus no genera complicaciones graves, Senn insistió en que los padres deben estar atentos a signos de infección en las ampollas, como enrojecimiento o pus, ya que esto podría requerir un tratamiento adicional. “La clave está en brindar alivio al niño y asegurarse de que la enfermedad siga su curso sin complicaciones”, dijo.
Finalmente, el pediatra señaló que este virus no es nuevo y que aparece de forma recurrente cada año. “Este año hemos visto un brote en las últimas semanas, lo que ha generado un aumento en las consultas”, comentó Senn, llamando a los padres a tener paciencia y brindar los cuidados necesarios en casa.
Compartinos tu opinión