
El salmón ha sido promovido en muchas partes del mundo como un alimento saludable, especialmente desde la década de los 90, con el auge del neoliberalismo. Sin embargo, en Tierra del Fuego, este pescado no forma parte del consumo diario de los habitantes. Como lo menciona Nancy Fernández, presidenta de la ONG Manekenk en diálogo con Aire Libre “el salmón es un alimento que se instaló como un alimento saludable, eso también es falso, es un alimento como cualquier otro, no es más saludable que otro pez, que otro pescado”. Esto subraya que el salmón, aunque comercializado como una opción saludable, no tiene un valor cultural ni gastronómico significativo para los fueguinos.
En la provincia, la cultura alimentaria se enfoca en especies locales como “la centolla, el róbalo, la lisa, la trucha”, que son más comunes en la dieta de los habitantes. Nancy destaca que “la cultura argentina no es una cultura salmonista, es una cultura de merluza, de róbalo, de lisa, de trucha”. Esto demuestra que la tradición culinaria local está arraigada en la pesca de especies autóctonas y no en la introducción de productos foráneos como el salmón.
Además, la introducción del salmón en la región como parte de una industria a gran escala genera tensiones, ya que no solo representa un cambio en los hábitos alimenticios, sino también una amenaza al ecosistema local. Como explica Nancy: “el salmón es una especie invasora y no de nuestros ecosistemas del hemisferio sur”. Esto pone en evidencia los riesgos de introducir especies no nativas y cómo, en muchos casos, esto va en contra de los intereses ecológicos y culturales de la provincia.
La producción de salmón en Tierra del Fuego ha sido vinculada erróneamente con el potencial de la provincia para competir a gran escala con países como Chile o Noruega. Sin embargo, como lo aclara Fernández, “jamás Tierra del Fuego podría equipararse con una falsa noticia, podríamos producir como Chile. Eso es falso”. Esto destaca que la realidad productiva y cultural de la región no está alineada con una industria salmonera de gran magnitud, sino que está más enfocada en la producción local y sostenible de especies adaptadas al ecosistema fueguino.
En conclusión, el salmón, aunque visto como un producto premium en otras partes del mundo, no tiene cabida en la tradición gastronómica ni en la identidad cultural de Tierra del Fuego. Como Nancy Fernández afirma, “nuestro pueblo no come salmón en su plato diario, no lo compra en el supermercado diariamente, como pueden comprar otros productos típicos de nuestro país”. En su lugar, la provincia debería apostar por el consumo y la producción de especies locales, lo cual no solo respeta la cultura local, sino que también protege el medio ambiente y el ecosistema de la región.
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