Verónica Andino dialogó con Radio Provincia donde brindó detalles de la situación de su hijo Lautaro quien lucha contra su tumor cerebral y tras ser trasladado desde el Sanatorio Güemes a Río Grande para continuar con su tratamiento en su domicilio, la obra social OSEF aún no les garantizó todos los profesionales médicos e insumos necesarios que requiere su atención.
Al respecto, comentó que ahora “estamos en Río Grande con una internación domiciliaria. Mi hijo estuvo tres meses internado en el Sanatorio Güemes de Buenos Aires donde tuvo cuatro neurocirugías, él tiene un tumor cerebral, pero en mayo surgieron complicaciones y a raíz de esto fue derivado nuevamente. El 27 de agosto, el Sanatorio Güemes le solicita a la obra social la internación domiciliaria para Lautaro y en ese pedido estaban los profesionales médicos que tienen que trabajar con él (médico clínico, kinesiología motora y respiratoria, fonoaudiología y todos los insumos que iba a necesitar para llevar adelante esa internación en clase).”
Relató que “volvimos en vuelo sanitario el 31 de agosto; Lautaro estuvo internado una semana en terapia intensiva en el CEMEP para que supuestamente todo estuviese armado y dispuesto en casa para poder traerlo y en principio nos habían dicho que 48 horas eran suficientes para estar en la clínica porque se podría haber producido algún tipo de descompensación por el vuelo que terminó siendo de seis horas, pero estuvo bárbaro y el último tiempo en el Sanatorio había avanzado muchísimo y ya había podido comenzar a hablar y otra serie de avances que hoy no están porque no tiene fonoaudiología y no hemos podido garantizar la atención que Lautaro necesita.”
“Mañana va a ser un mes que ese pedido se realizó y hoy no tiene garantizada ni las terapias ni los insumos como por ejemplo el alimento y aunque él se alimenta por sonda. Hoy no tenemos ni el alimento ni pañales ni los insumos que estaban pedidos y que se suponían que tenían que estar listas para que él estuviese acá. El mismo 31, una empresa contratada por la Obra Social se acercó al CEMEP a conocer, supuestamente al paciente y poder armar con los profesionales médicos que necesitaba la internación. El 7 vinieron a casa y se suponía que estaba todo armado, y nada de eso fue así. Ellos no sabían que era ciego y es inexplicable que no sepan algo fundamental de un paciente. Los enfermeros que vinieron y estuvieron todos esos días para preparase y saber qué hacer con él, no sabían que era ciego. Nos encontramos con una internación domiciliaria que es por primera vez más allá de que venimos batallando hace más de 20 años.”
Según comentó la madre de Lautaro, “hoy nosotros pagamos un médico particular que viene a ver a nuestro hijo y a darnos las indicaciones para saber cómo nosotros debemos trabajar con él. Es descabellado tener que pensar ir a la justicia para ese tipo de cuestiones. No puedo creer que la obra social teniendo una farmacia propia, no pueda comprar alimentos o pañales. Del Aeropuerto al CEMEP, vino una ambulancia de Ushuaia para trasladar 15 cuadras a Lautaro. No es falta recursos sino de gestión.”
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