La presidente de la obra social del estado fueguino –OSEF-, Sonia Milstein, expuso un panorama crítico en la institución que requiere de la toma de decisiones para financiar su sostenimiento. Por un lado hay una deuda heredada de 600 millones entre prestadores privados y hospitales públicos, y se suma un déficit mensual “de 60 millones de pesos”, según dijo por Radio Nacional Ushuaia. El aporte de los afiliados resulta ínfimo respecto de la demanda de atención, agravado por el atraso salarial, y también hay contratos con prestadores caros, como ocurre en Buenos Aires con los hospitales Británico e Italiano.

La deuda acumulada con la clínica San Jorge había puesto en jaque la continuidad del servicio, y se logró retrotraer las medidas anunciadas con el adelanto “de algo de lo que se debía y el compromiso a futuro de ir acortando la deuda que tenemos con ellos”, sostuvo la funcionaria, al tiempo que confirmó una deuda de 82 millones con la clínica y de al menos 40 millones con los médicos de la institución.

“Ahora se pagó la parte de octubre, pero se junta noviembre, diciembre, enero y febrero y realmente es mucho. Lo que pagamos fue octubre de 2019 y una parte de la deuda con la asociación de profesionales de la clínica San Jorge”, precisó, si bien todavía no hay un número cierto “porque la presidente anterior dio un aumento a los prestadores así que la deuda puede ser un poco más”, advirtió.

No se logró establecer un cronograma para cancelar toda la deuda pendiente, con fechas determinadas, y “todavía no lo podemos hacer hasta que no sepamos bien la plata que nos van a ir mandando. La idea es hacer un plan de pago, pero teniendo certeza de cuánto es la plata que vamos a recibir”, planteó.

Respecto de la deuda heredada de la gestión Bertone y los argumentos de tanto atraso, manifestó que el argumento fue que “ellos no tenían plata, pero realmente no lo entiendo. En ese momento hubo medidas de retenciones de tareas de los empleados, porque ellos habían acordado que, si había aumento a los prestadores, había aumento a los empleados, pero en ese momento solamente hubo aumento a los prestadores”, dijo.

“La clínica es muy grande, pero es importante hasta el médico que tiene su consultorio solo y es prestador nuestro”, mencionó, y lo cierto es que se le debe a todos, desde el más grande al más chico.

Con los privados el monto supera los 300 millones y la cifra es similar con los hospitales públicos. “La deuda con los hospitales es histórica. Yo espero que el gobierno haga un plan para que de algún lado entre más plata, porque en cuatro años entró la misma plata y todos los años fueron aumentando las prestaciones, la medicación y es imposible sostener la obra social”, alertó.

“Van a tener que buscar alguna entrada extra para que la obra social pueda solventar los gastos. Si no, es imposible”, reiteró la funcionaria, y consideró que una alternativa sería revisar el porcentaje que aportan los afiliados, que es ínfimo en comparación con la demanda de atención, agravado por el atraso salarial que también impactó en los aportes. “Hoy el empleado que tiene un sueldo de 90 mil pesos le aporta a la obra social 3.600 pesos, y no son muchos. La gran mayoría aportan sobre sueldos de 20, 30 mil o 40 mil pesos, y es el 3 por ciento. Las prepagas aumentan todos los meses porque si no, es imposible mantenerlas”, comparó, frente a un monto congelado, que tendrá una leve variación a partir de los recientes acuerdos paritarios.

Además, las farmacias

Al margen de la deuda con clínicas y prestadores médicos, hay deuda con las farmacias convenidas y desabastecimiento en la propia. “Del estado nos llegaron medicamentos y hoy por hoy tenemos medicamentos en la farmacia, pero todavía no se logró regularizar las deudas. Hasta que no nos saquemos esas deudas de encima, vamos en el día a día. La misma situación con los prestadores médicos la tenemos con la farmacia y es mucha deuda”, señaló.

Para Milstein se deberá revisar algunos convenios, en la línea del planteo que hizo el titular de la Clínica San Jorge, Carlos Sánchez Posleman, respecto de contratos muy onerosos para la entidad. En particular, se refirió al hospital Británico e Italiano, que son de excelencia pero existen otras alternativas de calidad. “El hospital Italiano y el Británico son muy caros. El hospital Naval y el Güemes tienen muchos servicios y especialidades y estamos tratando de hacer convenios con ellos, para que nos baje el costo. También hay pacientes que vienen de años tratándose ahí, y no se les puede decir que no. Hay que evaluar todo, pacientes nuevos y viejos. Una posibilidad es mantener el convenio para los que ya se están tratando y redireccionar a los nuevos”, indicó.

“Desde que asumimos estamos apagando incendios, porque solucionamos una cosa y aparece otra. Nos queremos sentar a ver las coberturas, las normativas, y no podemos, porque vamos en el día a día poniendo el pecho y tratando de dar solución a los afiliados”, explicó sobre la demora en la toma de algunas decisiones de fondo, ante la urgencia de la coyuntura.

Accionistas del Laboratorio

Finalmente se le preguntó sobre la decisión del gobierno de ceder las acciones del Banco Tierra del Fuego en el Laboratorio del Fin del Mundo, a la OSEF, pero no estaba al tanto del dictado del decreto, ni siquiera de manera informal. “Yo no vi ese decreto. Lo que nos llegó del Tribunal de Cuentas fue la consulta sobre los empleados del Laboratorio, acerca de si tenían que hacer un aporte a la obra social o no. La Dra. Chapperón y el Dr. Capdevila nunca me dijeron nada de eso”, observó sobre los funcionarios que están a cargo de la conducción del Laboratorio.

No pudo aventurar si el carácter de accionista le permitirá a la OSEF mejorar ingresos a partir de las utilidades que se generen. “Realmente no lo sé, lo único que sé es que transitoriamente va a estar la Dra. Chapperón y el Dr. Capdevila, pero esto de las acciones no lo sabía yo ni las directoras tampoco”, concluyó.