La creciente sobrepoblación de guanacos en la Patagonia ha alcanzado niveles críticos, generando un impacto significativo en los ecosistemas y en la economía regional. Entidades rurales de Chubut, Santa Cruz, Río Negro, Neuquén y Tierra del Fuego, junto con Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), han solicitado medidas urgentes para controlar el avance de esta especie nativa, que en su estado actual amenaza con desestabilizar tanto la producción como el entorno natural en la región.

La situación ha sido respaldada por investigaciones del grupo de Recursos Naturales de la EEA Santa Cruz y la opinión del biólogo Stuart “Chacho” Blake, quienes han enfatizado la necesidad de implementar una política integral de manejo. La población de guanacos ha crecido rápidamente, superando el millón de ejemplares en Chubut, lo que ha afectado gravemente la producción ovina, reduciendo el stock de ovejas en un 32% en los últimos 20 años.

El aumento descontrolado de los guanacos ha generado competencia directa con el ganado ovino por recursos esenciales, como el agua y las pasturas, lo que además facilita la depredación de las ovejas por zorros y pumas, al restringirse las áreas aptas para pastoreo. Las federaciones rurales han señalado que la producción ovina es una de las pocas actividades viables en la región, por lo que su sostenibilidad depende de una gestión adecuada de la fauna.

Legislación y propuestas para controlar la población

Ante la gravedad del problema, Santa Cruz ya está trabajando en una legislación que permitiría la extracción controlada de guanacos para reducir su densidad. Blake ha advertido que el actual manejo de la población de guanacos es insuficiente para mitigar sus efectos negativos: "Si no actuamos ahora, el guanaco pondrá en riesgo no solo la producción ovina, sino también el equilibrio ecológico de la Patagonia", señaló. Además, consideró que la derogación del plan nacional de manejo del guanaco podría abrir la puerta a normativas provinciales más estrictas.

El biólogo también alertó que estas iniciativas podrían enfrentar resistencia por parte de grupos ambientalistas que, según él, no comprenden el impacto real de la sobrepoblación en el ecosistema.

Impacto ambiental y degradación del suelo

Estudios recientes, como el liderado por la ingeniera agrónoma Carla Cepeda en la EEA Santa Cruz, han demostrado que la presión de los guanacos sobre los pastizales contribuye a la degradación del suelo y a la disminución de la diversidad vegetal. El análisis comparó áreas protegidas con otras expuestas al pastoreo de guanacos, mostrando que los terrenos cercados desarrollaron una mayor cobertura vegetal, lo que evidencia el efecto negativo del sobrepastoreo en la calidad de los pastizales.

La investigación sugiere que esta presión excesiva no solo perjudica a los productores ovinos, sino que también agrava la desertificación y compromete la estabilidad de los ecosistemas. Cepeda destacó que aplicar un manejo adecuado en los paisajes productivos es clave para evitar que el pastoreo intensivo acelere la degradación del suelo.

Un desafío para la sostenibilidad de la región

La sobrepoblación de guanacos representa un desafío urgente tanto para la conservación ambiental como para la sostenibilidad económica en la Patagonia. Las entidades rurales y la comunidad científica coinciden en la necesidad de implementar estrategias efectivas de manejo que reduzcan la presión sobre los pastizales y garanticen la convivencia entre la producción ovina y la fauna silvestre.

Sin embargo, el camino hacia una solución enfrenta obstáculos, ya que la protección del guanaco bajo la Convención CITES y la presión de algunos grupos ambientalistas podrían dificultar la adopción de políticas de control poblacional. En este contexto, los actores involucrados advierten que "sin una gestión integral y efectiva, la Patagonia corre el riesgo de enfrentar una crisis ecológica y productiva de proporciones devastadoras"