La operación se preparó minuciosamente para la permanencia de tres meses en tareas fotográficas aéreas, cartografía y balizamiento.
En ese primer vuelo el avión biplaza realizó la fotografía aérea de la Isla Decepción, fotografías que permitieron completar los datos de la Caleta Péndulo, carta francesa levantada por el Doctor Charcot en su expedición de los años 1903/1905.
Las fotografías se tomaban con una enorme e incómoda máquina modelo F-8, especialmente diseñada para un avión Stearman y debían sacar medio cuerpo fuera del avión, con máscara y traje especial.
Los días 7 y 8 de febrero de 1942 se realizaron vuelos de reconocimiento y fotografía.
Posteriormente, tres días después de su primer vuelo antártico, tomó fotografías aéreas del archipiélago Melchiori, lo que permitió completar el levantamiento de esa zona.
En su tercer salida la aeronave reconoció la ruta Melchior-Islas Argentinas y el Estrecho de Gerlache aportando información sumamente importante en cuanto al estado glaciológico de la zona.
Cada vez que el buque (1º de Mayo) cambiaba de apostadero, antes de zarpar, tenían que realizar la maniobra de trasladar el avión del agua a su asiento en el buque y a la inversa cuando el barco fondeaba o debía salir a volar. Esa operación era muy difícil y debía hacerse con sumo cuidado, el espacio para la maniobra era muy reducido y la pluma tan corta que sólo permitía trasladar el avión en una sola posición para evitar que las alas o la cola tocaran la pluma o la borda. En dos oportunidades se debió reparar los extremos del ala, con un clima difícil, por no guardar los recaudos suficientes ante la inclemencia del clima antártico.
Una vez en el agua, se ponía en marcha el motor. Durante el vuelo se mantenía la orientación por medio del radiognoniómetro marcando de oído la señal radioeléctrica que emitía el buque. Al regresar del vuelo, el avión se dejaba fondeado hasta el momento en que el buque zarpara.
En una nueva salida para investigar el sector contiguo a las Islas Argentinas se produjo la rotura de un osta que causó una avería en un ala del avión que quedó momentáneamente inutilizado. La pericia y la capacidad del mecánico y del personal de a bordo permitieron en un corto tiempo la reparación completa, para lo cual tuvieron que armar un andamiaje que sobresalía de la borda del buque 1º de Mayo, para poder llegar a la punta del ala; un gran esfuerzo teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas, los rolidos del buque, los embates del mar y las bajas temperaturas.
El 28 de febrero, luego de una exhaustiva prueba, el avión nuevamente estaba en el aire, reconociendo, fotografiando y descubriendo nuevos accidentes geográficos; descubriendo en esa oportunidad en la Isla Brabante una gran bahía que no figuraba en la carta náutica, (latitud 64º, 14´S). Esa fue la última oportunidad en que voló el Teniente de Fragata Lanusse en la Antártida. Su prematura muerte no le permitió confeccionar el plano definitivo de su descubrimiento que había bautizado "Bahía Grande". El Comandante del buque 1º de Mayo Capitán de Fragata Alberto Oddera, cuando eleva los borradores lo hizo sugiriendo que a dicha bahía se le diera el nombre de quien fuera su descubridor, lo cual fue aprobado por el Ministro de Marina en oficio con fecha 5 de septiembre de 1942, como homenaje justo a quien tuviera el privilegio de haber sido el primer argentino que contempló el maravilloso paisaje antártico desde el aire.
El último vuelo en la Antártida se realizó el día 2 de marzo de 1942, cuando emprenden el regreso Buenos Aires, arribando el día 22 de marzo. El avión fue conducido a la Base Naval de Puerto Belgrano. En Puerto Nuevo se le restituyó al avión el tren de aterrizaje convencional para que sea trasladado en vuelo. Una vez alistado, el Teniente Lanusse, en compañía del Cabo Blomquist partió decolando de Puerto Nuevo. Allí se había reunido un grupo de personas con el fin de presenciar el decolaje, contándose entre los presentes algunos miembros de la familia del piloto.
Después del despegue se advirtió que el Teniente Lanusse, luego de saludar a su familiares, inició un ascenso rápido y un giro escarpado para esquivar un cable, pero el avión entró en pérdida y se precipitó a tierra incendiándose y pereciendo sus ocupantes.
El recuerdo de su nombre, impuesto a una bahía hace permanente la memoria de su destacado desempeño.
PRIMER VUELO ARGENTINO DE CRUCE DEL CIRCULO POLAR ANTÁRTICO DESDE EL CONTINENTE.
El año 1947 la Aviación Naval fue la encargada de abrir un nuevo camino en la historia de la aviación antártica.
Hasta ahora los pequeños hidroaviones embarcados eran los que se utilizaban en las campañas antárticas. Pero a fines de este año el Comando de la Aviación Naval elige un avión DC-4, característica 2-Gt-1 para realizar un vuelo entre una base de la Patagonia y el Círculo Polar sin etapas. La tripulación la constituirían el Comandante de la Aviación Naval Contraalmirante Gregorio A. Portillo; comandante Capitán de Corbeta Gregorio Lloret; Copiloto Capitán de Corbeta Mario A. De Ugarizza; navegante Teniente de Navío Jorge a Bassi; supervivencia Caoitán de Corbeta Médico Alfredo Walker; Mecánico Suboficial Segundo Luis A Muiño; Mecánico Cabo Principal Mario Pape; Ayudante Mecánico Cabo Principal Antonio Ganzalez; Operador Cinematográfico Sr. Pedro Pouchullu,
El 13 de diciembre de 1947 se iniciaba el vuelo a la Antártida, partiendo del aeródromo "Comandante Luis Piedrabuena", ubicado en la Provincia de Santa Cruz.
El vuelo se inició a las 04.45 hs del día 13 de diciembre, en condiciones meteorológicas locales poco favorables, con techo bajo y visibilidad reducida. No obstante, ante la apreciación que se hizo de la evolución del tiempo en la zona sobre la que se volaría, se tomó la resolución de iniciar el vuelo en las condiciones mencionadas.
El jefe de la Expedición, el Contraalmirante Portillo, paseó su mirada enérgica y serena sobre los tripulantes elegidos, arengándolos con las siguientes palabras: "Señores.... pocos instantes más y habremos decolado hacia el océano subantártico, afrontando el mal tiempo que presistirá hasta el estrecho de Drake. Formulo votos para que el vuelo tenga el éxito que merecen los grandes esfuerzos que hemos hecho para prepararlo".
El avión elegido para el vuelo fue especialmente preparado para actuar en zonas frías y convenientemente equipado con todos los elementos necesarios para asegurar la supervivencia efectiva en caso que, por diversas causas, la aeronave tuviera que afrontar un acuatizaje de emergencia o un aterrizaje imprevisto sobre el hielo.
Los tanques de nafta del avión fueron suplementados por otros adicionales dentro del fuselaje, instalados con el objeto de aumentar su autonomía para alcanzar, dentro de la Antártida, los lugares culminantes desde el punto de vista del reconocimiento y la exploración.
La ruta trazada para este primer vuelo antártico sin etapas comprendía: Cabo de Hornos - Decepción. Desde allí la intención era llegar al alchipiélago Melchior, previo reconocimiento de la parte norte de la península Antártica. Al sobrevolar el archipiélago se tomaría la decisión de iniciar el regreso o continuar el vuelo hasta superar el Círculo Polar Antártico. Después de considerar las condiciones atmosféricas reinantes, la decisión fue de conticuar al sur, habiendo asimismo evaluado la situación general del avión en cuanto a consumo de combustible hasta el momento. Fue así como, con rumbo al sur y sobre el meridiano 68º W, se cruzó el Círculo Polar por primera vez desde el aire y en vuelo directo desde el continente.
De esta forma el vuelo quedó dividido en cuatro etapas:
- Primera: Alcanzar la Isla Decepción, sobrevolando en primer término la parte sur del continente y efectuando el cruce del Pasaje de Drake.
- Segunda: Reconocer la parte norte de la península Antártica, estrecho de Gerlache, las Islas Lieja y Brabante hasta la bahía Dallman, en cuyo interior se encuentra el archipiélago Melchior, lugar donde se levanta el primer Destacamento Naval Antártico.
- Tercera: Llegar hasta el Círculo Polar Antártico.
- Cuarta: Regresar al punto de partida por una derrota algo mayor de cuatro mil kilómetros.
"Por primera vez en el mundo, un avión, partiendo de un continente, ha cruzado el Círculo Polar Antártico y ese avión lleva en su cola la bandera argentina".
"Con profunda emoción informo a V.E. que a las 13.41 hs se ha cruzado el Círculo Polar en meridiano 68º por segunda vez, colocando a nuestra patria junto al país que, por el aire, tuvo el privilegio de ser el primero". Gregorio Portillo, Contraalmirante.
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