Las Islas Orcadas están en la Antártida. Argentina las incluye como parte de la provincia de la que también forman parte Tierra del Fuego y las Malvinas, y tienen una base donde flamea la bandera celeste y blanca desde 1904.
Esas son las Orcadas del Sur, que los ingleses (que tienen su base en otra de las islas) también reclaman. Pero a casi 14 mil kilómetros del archipiélago helado del sur hay otras Orcadas, las del Norte, que sí son británicas, aunque eso podría cambiar porque este punto del planeta vive hoy un conflicto candente.
¿Dónde quedan? En el norte de Escocia ¿A quién pertenecen? A Escocia, es decir, al Reino Unido ¿Qué pretenden en este momento muchos de lo orcadianos (así se les dice)? Cortar el lazo y, como una de las posibilidades, anexarse a Noruega ¿Por qué? Porque los tienen “abandonados”. Y, sobre todo, porque se sienten noruegos.
¿Cómo son las Islas Orcadas del Norte?
Están ahí nomás de las costas de la Escocia “continental”. La isla más cercana queda a 16 kilómetros. Son 70 islas, con una población de unas 22.000 personas. Solo 20 están habitadas. La mayor tiene el nombre redundante de las islas más grandes rodeadas de otras más chicas: Mainland, “territorio principal”.
¿Y cómo son? Peladas: casi no hay árboles. Frías, aunque no tanto para la ubicación septentrional que tienen. En el invierno el promedio es de 4 grados y en el verano de 12.
Los días veraniegos son interminables. En el más largo amanece a las 3 de la mañana y el Sol se va recién las 21.45. El día más corto del invierno cumple horario bancario: brilla de 9.10 a 15.17.
Las Orkney (en inglés) o Arcaibh (en gaélico escocés) fueron pobres cuando dependieron de la inestable industria pesquera. Viven con estándares de “primer mundo” desde que en los años '60 se descubrieron reservas de petróleo. No es el único recurso: la energía eólica y el turismo como destino de cruceros y viajeros sueltos le agregan vitalidad económica.
¿Qué está pasando ahora en las islas?
James Stockan, el presidente del consejo que rige el archipiélago, le dijo a la BBC que las islas vienen sufriendo hace tiempo “un descuido financiero” por parte de los gobiernos escocés y británico. Y eso los está haciendo buscar “formas alternativas” que podrían incluir una anexión a Noruega.
¿Tiene sentido eso? Para empezar, las conexiones históricas son muy fuertes. De hecho, las islas pertenecieron a ese país unos 500 años, hasta 1472. Pasó hace mucho, es verdad, pero también es cierto que fue mucho tiempo. Noruega queda lejos (250 millas) pero existe un lazo ancestral y una cultura compartida que justifican que los orcadianos se sientan más noruegos que británicos.
En las islas, por ejemplo, se celebra el Día de la Constitución Noruega, con un desfile anual. Los nombres de las personas y los lugares resuenan nórdicos y específicamente noruegos y hasta el sitio más venerado en la capital Kirkwall, la catedral de San Magnus, es una joya de la arquitectura medieval construida en los tiempos del antiguo dominio. Los habitantes todavía tienen fresca la visita oficial del príncipe heredero noruego Haakon y la princesa heredera Mette-Marit, en 2017.
Un tema puntual y caliente en la actualidad es la disputa por la financiación de unos nuevos transbordadores que navegan entre las islas y los puertos de Escocia. El líder del consejo propuso una moción que explore “opciones para modelos alternativos de gobierno que brinden un mayor seguridad fiscal y oportunidad económica”.
De la formalidad de esa frase hay que sacar en limpio que las Orcadas manejan varias posibilidades: pedir la reincorporación a Noruega es la de máxima. Si es mucho, cambiar el tipo de vínculo con el Reino Unido. Podría ser un modelo como el de las Islas Feroe, una parte autónoma de Dinamarca.
Escocia fue noticia en el mundo en 2014, con el referéndum para decidir una posible secesión del Reino Unido. Ganó el "no" 55,3 % de los votos, frente al 44,7 % y un segundo intento está frenado. Ahora una parte de su territorio va por lo que llaman el Orxit. El proceso está en marcha: en el consejo de las islas ganó por 15 votos contra 6 la moción de establecer un enmienda que involucre “tareas exploratorias sobre una reforma constitucional” en la búsqueda de “una autoridad propia”.
¿Qué opina el resto de los británicos?
Básicamente, que no les interesa demasiado lo que decidan los orcadianos. al menos según el resultado de una encuesta de la consultora YouGov.
El 54 por ciento respondió que no le preocupaba qué podía pasar y solo el 37 por ciento expresó afirmativamente que los más conveniente para las islas es mantenerse dentro del Reino Unido.
Kirkwall: las vueltas de un nombre que quería decir otra cosa
El nombre de la ciudad principal de las Orcadas de Norte viene del nórdico Kirkjuvagr, que significa “la bahía de la iglesia”. Por deformación fue derivando a Kirkwaa. Los ingleses pensaron que el “waa” procedía del escocés "wa" (muralla) y lo cambiaron por wall. Y así quedó.
La capital es un pueblo pintoresco de poco más de 6000 habitantes con algunos atractivos para visitar, como la catedral San Magnus, hecha de piedra arenisca, y un par de palacios. Las excursiones a las costas con acantilados, los menús con mariscos y las visitas a las destilería de whiskey arman el paquete. El extra es esa experiencia de vivir los días de duración extrema, que también tienta a unos cuantos viajeros.
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