Aníbal Lazzaroni, director del Programa Provincial de Prevención de Delitos y Violencia, compartió los resultados de un reciente estudio llevado a cabo en Río Grande, en el que se analizaron los hábitos de uso de redes sociales y tecnología entre adolescentes de entre 10 y 14 años. “Para poder llegar a este estudio, con la autorización de los padres, accedimos a más de 400 celulares de chicos, donde pudimos ver la cantidad de horas de conexión y las plataformas que usan”, explicó Lazzaroni.
El estudio reveló que los adolescentes pasan un promedio de 70 horas semanales conectados a diversas plataformas, siendo TikTok, Instagram y WhatsApp las más utilizadas. “Es preocupante lo que encontramos. Para cualquier adulto, una jornada laboral es de 48 horas, pero estamos hablando de que estos chicos pasan 70 horas navegando en internet, casi 10 horas por día”, añadió el funcionario. La mayoría de estas horas se registran entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana, lo cual afecta no solo su descanso, sino también su rendimiento académico y su comportamiento en el hogar.
Lazzaroni destacó que el uso excesivo de las redes y plataformas puede tener serias consecuencias en los jóvenes. “No es lógico que un chico esté conectado 10 horas al día, cuando el máximo recomendado es de una hora o una hora y media. Esto afecta su capacidad de concentración, su rendimiento académico y provoca cambios de conducta. Los chicos llegan a desarrollar personalidades distintas según si están frente a una pantalla o en la mesa con la familia”, advirtió.
En cuanto a soluciones, el director subrayó la importancia del control parental. “Los padres pueden restringir el uso de la tecnología a través de controles parentales, limitando la cantidad de horas diarias y configurando los dispositivos para que se apaguen durante la noche. Si no se hace, el rendimiento académico y el comportamiento de los chicos empiezan a decaer”, señaló.
Lazzaroni también mencionó la importancia de sociabilizar de manera adecuada. “Hoy en día, plataformas como WhatsApp forman parte de la red de contención social de los chicos. Ya no sociabilizan en persona, sino que lo hacen virtualmente. Por eso, el uso de estas aplicaciones es tan elevado.”
En cuanto al papel de la tecnología en las escuelas, Lazzaroni defendió su uso con fines educativos, pero hizo una clara distinción: “Estoy a favor de la tecnología en las escuelas, pero debe ser utilizada en los espacios adecuados, como las aulas de informática, donde las máquinas están preparadas para enseñar programación e investigación, no para la distracción.”
Finalmente, el funcionario habló sobre la comunicación constante con los legisladores para abordar este problema y otros relacionados con la tecnología y los menores. “El contacto con los legisladores es permanente. En Río Grande ya se aprobó una ordenanza sobre la prevención de la ludopatía, y estamos trabajando en temas como el anti-grooming y la limitación del uso de dispositivos en las instituciones educativas. Todo proceso legislativo lleva tiempo, pero es importante mantener informados a los concejales y legisladores para que puedan actuar dentro de sus capacidades”, concluyó.
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