El 3 de enero de 1896, el Gobierno Nacional decretó la creación de la Cárcel de Reincidentes en Tierra del Fuego, marcando un momento clave en la historia de Ushuaia y en la consolidación de la soberanía argentina en el extremo sur. Esta prisión, ubicada en lo que entonces era una zona aislada y poco habitada, se convirtió en un motor para el desarrollo de la región.

Dos días después del decreto, el 5 de enero de 1896, los primeros presos, todos voluntarios, partieron hacia Ushuaia, motivados por la promesa de trabajo y la posibilidad de redimir sus penas. En los años siguientes, los internos participaron en la construcción de infraestructura esencial para la comunidad, incluyendo caminos, edificios públicos y servicios básicos, sentando las bases de la ciudad que conocemos hoy.

Actualmente, el edificio que albergó la famosa prisión se ha convertido en el Museo del Presidio de Ushuaia, uno de los atractivos turísticos más destacados de Tierra del Fuego. Este espacio ofrece una experiencia única para quienes desean sumergirse en la historia de la región.

En el museo, los visitantes pueden recorrer las antiguas celdas, algunas de las cuales están restauradas para mostrar cómo vivían los presos. También se encuentran exposiciones permanentes dedicadas a los prisioneros más notorios, como el asesino serial Cayetano Santos Godino, conocido como "El Petiso Orejudo". Además, hay secciones dedicadas a la historia marítima de la región, la vida en el extremo sur y la exploración antártica.

El Museo del Presidio no solo preserva la memoria de este lugar histórico, sino que también ofrece una ventana al pasado de Tierra del Fuego, ayudando a los visitantes a comprender cómo esta cárcel jugó un papel crucial en la transformación de Ushuaia y en el fortalecimiento de la presencia argentina en la región.