En un hecho que dejó consternados a residentes y turistas, la emblemática Cueva del Jimbo, ubicada en el Parque Nacional Tierra del Fuego, sufrió un derrumbe que puso fin a su historia como uno de los destinos naturales más visitados de Ushuaia. Este colapso, aunque anticipado por advertencias de especialistas, generó un profundo pesar entre quienes disfrutaron de su singular belleza y su valor simbólico.

Durante años, la cueva fue un referente para los amantes de la montaña, atrayendo visitantes de todo el mundo por su atractivo único. Ubicada cerca del Cañadón de la Oveja, en un entorno privilegiado, ofrecía una experiencia inolvidable para quienes emprendían la desafiante ruta de más de 9 kilómetros con un desnivel de 731 metros, que podía recorrerse en aproximadamente cuatro horas.

Desde 2021, las autoridades del Parque Nacional Tierra del Fuego habían restringido el acceso al lugar tras estudios realizados por el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), dependiente del CONICET. Los análisis confirmaron que la estructura presentaba un alto riesgo de colapso, con frecuentes desprendimientos de piedras y hielo desde su cima, lo que llevó a prohibir su ingreso por razones de seguridad.

La Cueva del Jimbo no solo era un atractivo turístico, sino también un símbolo de la interacción entre la naturaleza y las actividades humanas. Escenario de caminatas, exploraciones y eventos culturales, fue un lugar que dejó recuerdos imborrables en quienes lo visitaron. Su colapso representa una pérdida significativa para el patrimonio natural y cultural de la región.

Este suceso también destaca la importancia de preservar los entornos naturales y actuar con cautela frente a su fragilidad. Las autoridades del Parque Nacional ya habían señalado la necesidad de proteger este tipo de formaciones, que forman parte del legado único de Tierra del Fuego. Ahora, el desafío será encontrar formas de mantener viva la memoria de la Cueva del Jimbo y aprender de esta experiencia para cuidar otros espacios naturales en la región.