En los años 80, el Automóvil Club Río Grande ofrecía a las entusiastas tuercas una alternativa a las ya consagradas 3 Horas de Puerto Natales y una opción sobre ripio a lo que se hacía en Cabo Negro con el asfalto puntarenense recién estrenado. En más de una ocasión circularon los autos de las Categorías A, B y C junto con los TC Fueguino ofreciendo interesantes espectáculos al numeroso público que se hacía presente.
Se cortaba la ruta 3 desde el autódromo hasta la planta de El Tropezón y se usaba el bajo Aeronaval lo que permitía un trazado muy interesante y exigente.
El automovilismo histórico trata de adaptar pruebas de velocidad que serían difíciles de repetir actualmente con aquellos autos y en esos mismos trazados.
La regularidad es una herramienta para lograr esa adaptación y puede practicarse también en recintos cerrados, a diferencia de las pruebas de ruta abierta, aquí cada equipo es el que fija un tiempo de vuelta, lo informa a la organización previo a la largada de la competencia final y luego debe repetirlo a pesar del tránsito y las condiciones climáticas que pueden ir cambiando.
Como en el Gran Premio de la Hermandad Histórica la antigüedad admitida es hasta el modelo año 1999 inclusive para autos de calle con seguro vigente.
El sábado 24 de abril los pilotos titulares e invitados podrán girar por muchas vueltas en el trazado de 3.200 metros para tratar de determinar un tiempo de vuelta que sea relativamente sencillo de repetir por cada uno de ellos en su serie cronometrada del día domingo que tendrá una duración de 90 minutos para cada uno de los dos grupos.
El cambio de piloto se hace en tiempo neutralizado, por lo que hay tiempo también se revisar el auto y ajustar asientos y cinturones sin apuro.
No es un paseo, tampoco una prueba de velocidad, los tiempos que puedan elegirse deben ser equivalentes a un promedio de velocidad que vaya desde 60 y no supere los 80 kms/h lo que termina haciendo que algunos equipos elijan el mismo registro (sólo se informan minutos y segundos) lo cual es un condimento que va haciendo complejo el andar en pista en las dos series
cronometradas finales.
En esta prueba de autódromo no se circula con acompañante o navegante que es quien maneja los cronómetros en las competencias de ruta, eso hace que el piloto deba dominar el auto, pasar los vehículos más lentos, estar atento a quienes lo pasen a él y cerrar cada vuelta en el tiempo elegido el día anterior. Esa es la complejidad que debe superarse en esta ocasión. Fácil de explicar, difícil de hacer.
Cada vuelta registrada se comparará con el tiempo elegido. Es entonces cuando se empieza a sumar errores tanto sea por adelanto como atraso, los que no se promedian, todo lo que se aleje de aquel tiempo informado se considera como falta en regularidad. El equipo que menos faltas sume en esas dos series cronometradas, será el ganador de esta primera edición histórica.
El Automóvil Club Río Grande ofrece, de esta forma, dos posibilidades diferentes a quienes tienen autos con más de 20 años y que sólo contaban con el Gran Premio de la Hermandad Histórico de noviembre como la única posibilidad de usarlos compitiendo contra el
cronómetro.
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