“El balance es más o menos negativo, en el sentido de la permanencia de los puestos de trabajo. A pesar que no tuvimos la caída de 2016, hemos perdido muchos compañeros en lo que va del año y no se vislumbra un repunte en 2018, así que terminamos medio tristes”, advirtió el secretario Adjunto del CEC, Daniel Rivarola, al realizar un balance del año que concluye.
Reconoció que “independientemente de todas las cosas que ha realizado y organizado el sindicato, eso no alcanzó para quitar esa tristeza que nos deja por ejemplo lo que pasó este lunes con la aprobación de la reforma previsional, a pesar de todas las manifestaciones que se realizaron a lo largo y ancho del país”.
Rivarola luego indicó que “vienen por todo y la idea es que tratemos de sacarlo adelante entre todos. Por eso es que nos deja un sabor amargo este 2017 y vamos a ver que nos depara el año que viene”, remarcó.
Destacando las manifestaciones de rechazo a la reforma previsional y el cacerolazo espontáneo que se dio durante la noche del lunes y la madrugada del martes, entendió que “eso demuestra que tenemos un país dividido y que este Gobierno hoy no tendría el triunfo que tuvo en las urnas hace dos años, y lamentablemente tendremos que esperar porque faltan dos todavía”.
El dirigente mercantil lamentó que de las protestas “solamente mostrarán los incidentes que hubo, cuando estaba todo un país manifestándose y eso no salió en ningún lado. En muchas delegaciones del ANSES hubo compañeros protestando, como acá, junto con el cacerolazo que pudimos ver por todas partes. Lamentablemente para el Gobierno es como si no hubiera pasado nada y el presidente salió hablando solamente de los policías golpeados, sin referirse a la represión sobre los compañeros”, advirtió.
Finalmente se refirió a la necesidad de “trabajar en una construcción, sobre todo porque a pesar de las contundentes manifestaciones hay compañeros que no han tomado conciencia. Compañeros de nuestro propio palo que no entienden que el sistema previsional les va a tocar y en su juventud no le dan bolilla. Esperamos que la conciencia se fortalezca más, sobre todo el año que viene cuando se hable de la reforma laboral, porque es ahí donde van a sentir en carne propia las diferencias”, adelantó, indicando por último que “el trabajo que le queda al gremio y a la CGT es seguir construyendo porque lo que necesitamos es mayor unidad”.
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