La carta que Víctor Reyna distribuyó entre los trabajadores de Canal 13 señala que “A través de este medio quería despedirme ya que no tuve la oportunidad de hacerlo personalmente con todos. Ayer fue mi último día en Canal 13; estuve desempeñando mi tarea por más de un año con total regularidad y dedicación. Hoy quedé afuera; me sacaron por mi manera de pensar (que nada tiene que ver con mi trabajo). La decisión y responsabilidad no sólo le cabe al ejecutivo de turno, sino también al sindicato (S.A.T.), ya que las incorporaciones, como ustedes saben, se consensuan entre ambos”, advierte en la nota.
Después expresa que “Yo quizás en el plano personal estoy acostumbrado a este tipo de discriminación (lo que no significa que estén bien), y más que un daño hacia mi persona, lo que marca y deja es un antecedente tremendo para la institución (y ni hablar para los trabajadores). Que el gobierno haya enviado un \"orejero\" de la gobernadora, sin ningún tipo de criterio profesional, laboral, organizativo; un individuo que sólo se ha dedicado a inmiscuirse en la vida interna del canal, sin respetar ninguna jerarquía preexistente, tomando atributos de director, jefe de sección, etc., siendo hostil con los contratados; una persona que no sólo deja muchísimo que desear con su conducta, sino que también carece de capacidad política, donde cree que censurando a todos los opositores, controlando, discriminando y haciendo alarde constantemente del apoyo y respaldo con el que cuenta para ejecutar las \"pavadas\" que hace, considerando que eso le reditúa a la gobernadora en términos de construcción democrática y hasta electoral. Al contrario: el domingo pasado, la gente (como sector político) le hizo saber en las urnas su descontento y disconformidad, a pesar de la inversión y la plata que pusieron los funcionarios de turno para financiar la campaña”, menciona la nota.
Reyna expresa en ella que “Sin embargo, yo quería hacer especial hincapié en que nada de esto hubiese sucedido si se contase con un sindicato fuerte, una dirigencia sindical comprometida, que no arregle las cosas sólo regalando plantas, golosinas y haciendo asados de vez en cuando: el rol de un dirigente no es hacer acuerdos de cúpula e invitar a funcionarios y jefes a comer asado; tampoco creo que los problemas se solucionen sacándose selfies con autos caros, o en algún antro de moda; ni siendo indiferentes con lo que pasa alrededor (mientras todos los gremios marchaban por los despidos y el ajuste, algunos dirigentes andaban más preocupados por el peinado y la pilcha: ésa es la lógica con la que actúan). ¿Cómo puede ser que hace dos años atrás se planteó uno de los peores conflictos que se tenga recuerdo contra los empleados de la televisión (TV Fuego), y hoy el \"Sr. Paños\" (empresario dueño del cable), quien echó a decenas de compañeros, ingrese a Canal 13 como \"Pancho por su casa\" y los compañeros José Piñeiro y Pablo Ibáñez (“Desde Las Bases”), quienes bancaron el conflicto, no puedan entrar y estén censurados? ¿Por qué el silencio y hasta la reverencia del Sindicato y de algunos de sus representantes? ¿Cómo puede ser que de un lunes a un jueves ingresara una persona a SAT, que nadie ha visto presentarse jamás a su puesto laboral hasta el día de la fecha, mientras hay cumpas que se laburan todo y hace más de dos años que trabajan con un contrato paupérrimo, obligados además a hacer trabajos extra de tinte político?”, se pregunta en la nota.
Más adelante expresa “Gente... en este lugar hay 10 compañeros con cargo sindical y 3 compañeros electos como delegados: o sea, trece integrantes del sindicato; y se les planteó una sociedad del estado, se generó el pánico, ¿y en base a eso le dieron migajas de aumento? (estrategia más vieja que andar a pata). La Sociedad del Estado es una decisión política y se puede plantear cuando sea; por eso se necesita un sindicato bien plantado, con fuerte respaldo de los trabajadores (que son su único sustento). En los sectores durante años se favoreció el \"amiguismo\", se sostuvieron y se sostienen privilegios para algunos (jefaturas, categorías, permisos, comodidades, etc.); lo naturalizado es llevarse bien con \"fulano” o “sultano\" para conseguir algún logro, no se basa en el esfuerzo, la profesionalidad, la idoneidad, eficiencia, etc. En el trabajo, en la tarea que cada uno desempeña, hay cosas a mi criterio que se encuentran desvirtuadas. Existen lugares con un alto contenido de machismo, que rozan hasta la misoginia. Hay que dejar de festejar la banalidad, la indiferencia, las inequidades. Hay que cambiar el discurso preestablecido, denunciar lo que esté mal y hacer de este lindo trabajo un lugar menos tóxico, porque hay mucha capacidad en los trabajadores. Basta de dirigentes jefes con \"comodidades extras\" (empleados de primera y empleados de segunda): o hay pan para todos, o no hay pan para ninguno, porque insisto, lo único que quedó evidenciado es la vulnerabilidad de todos cuando vienen por ustedes”.
En el tramo final advierte “Sepan disculpar mi intromisión a pesar de ser de ATE (que también tenemos lo nuestro), pero me sentí y siento discriminado. Les dejo un fuerte abrazo y un saludo muy especial a mis compañeros de la administración que estuvieron y me hicieron el aguante desde principio: a Luquitas, Carina, Jessica; también a Norma, Gaby Ledesma, Pablito Simón; los cumpas del control: \"el Juje\", Lachito, Gorila, Billy, Martín, etc. A los \"Erregianos\" (“RG al Día”), a los reconectados; a los de cámaras, producción, programación, comerciales, técnica y limpieza; a la gente del Noti, a los Dires nuevos, a todos. No me quiero olvidar de nadie... y una mención especial a la Guadalupe Zamora (gracias).
Conmigo no van a encontrar doble discurso: siempre defendí, dije y digo lo que pienso. Equivocado o no, nunca le tuve miedo a ninguna discusión política, gremial o la que fuese, basado lógicamente en la construcción y la utopía de ser cada día mejores personas. Abrazo y hasta la vuelta”; concluye la carta que firma Víctor A. Reyna, empleado estatal. Categoría 10 POMyS.
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