
Científicos de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, descubrieron una conexión compleja entre la disminución de la materia gris en áreas específicas del cerebro y el deseo inicial y la dependencia a largo plazo de la nicotina. La investigación mostró que la disminución de la materia gris en ciertas regiones del cerebro, en particular en el lóbulo frontal izquierdo y en el córtex prefrontal ventromedial derecho, puede ser un indicador de una tendencia a comenzar a fumar y a fortalecer la adicción a la nicotina.
20 minutos después: Mejora la presión arterial y el ritmo cardíaco.
8 horas después: Se reducen a la mitad los niveles de nicotina y monóxido de carbono en la sangre y el de oxígeno se aproxima al normal.
24 horas después: Disminuye el riesgo de infarto miocardio y los pulmones empiezan a remover mucosidad. Se respira mejor.
48 horas después: Se recupera la capacidad de oler y saborear. La nicotina desaparece del organismo.
3 días después: Aumenta la capacidad pulmonar, reduciendo la tos y aumentando la sensación de bienestar.
15 días después: Mejora de forma generalizada la presión sanguínea. Desaparece la dependencia física de la nicotina. Mejora el aspecto de la piel.
De 1 a 2 meses después: La presión arterial recupera sus valores normales.
De 3 a 6 meses después: Aumenta la capacidad de resistencia a las infecciones. Se consolida la conducta no fumadora en tu vida cotidiana.
8 meses después: Disminuyen los problemas respiratorios y la fatiga.
Un año después: El riesgo de sufrir un ataque cardíaco se reduce a la mitad.
Cinco años después: El riesgo de sufrir un ataque al corazón es similar al de un no fumador.
Diez años después: El riesgo de sufrir algunos canceres es similar al de alguien que no haya fumando nunca.
Queremos invitarte a conocer Tierra del Fuego a través de sus maravillosos paisajes.
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