La ciudad de Sunchales, en la provincia de Santa Fe, vivió un momento histórico con la llegada del legendario avión Aermacchi MB 339 que protagonizó una de las misiones más destacadas durante la Guerra de Malvinas. Tras años de gestiones, la aeronave, adquirida en Texas (Estados Unidos), logró pisar nuevamente suelo argentino, desatando una conmovedora celebración entre veteranos y vecinos.
El protagonista de una hazaña
Este Aermacchi, identificado como 4-A-115, fue pilotado por el entonces Teniente de Navío VGM Guillermo Owen Crippa. El 21 de mayo de 1982, en plena contienda del Atlántico Sur, se le encomendó reconocer si había actividad enemiga en el Estrecho de San Carlos. En solitario y con el otro avión fuera de servicio por problemas técnicos, Crippa descubrió a la flota británica y decidió abrir fuego de manera sorpresiva, logrando no solo esquivar el contraataque, sino también trazar un mapa detallado de la posición de las naves.
Un esfuerzo de varios años
La repatriación del Aermacchi se concretó tras tres años de complejos trámites aduaneros y de logística. Fue adquirido en Estados Unidos con la intención de que se convirtiera en un símbolo permanente de la valentía de los pilotos argentinos y de la soberanía defendida en Malvinas. Su arribo a Sunchales marca un punto de partida crucial para “Misión Owen”, el proyecto que encabeza Crippa y que busca restaurar la aeronave.
La ceremonia de bienvenida
Con la llegada del contenedor, Crippa —acompañado por dos antiguos mecánicos de la guerra, Juan Montenegro y Alberto Paniagua— se encargó de abrir las puertas mientras flameaban banderas argentinas. Al grito de “¡Viva la Patria!”, los presentes se abrazaron al fuselaje como si se tratara de un viejo amigo que por fin volvía a casa. Unas horas más tarde, se organizó una caravana hasta la plaza principal de Sunchales, donde la aeronave y su equipo recibieron la bendición del sacerdote local y se entonó el Himno Nacional.
Un homenaje que trasciende el tiempo
Crippa no ocultó su emoción y gratitud hacia quienes ayudaron a concretar esta repatriación. “Ahora empieza lo más difícil”, comentó, refiriéndose al desafío de reconstruir el avión y levantar el espacio donde se exhibirá. Además, subrayó el valor histórico del proyecto: “Será un faro para refrescar parte de la historia y de nuestra soberanía territorial”.
Hacia un nuevo museo interactivo
El siguiente paso para Misión Owen implica cubrir los requerimientos técnicos para armar la aeronave, adquirir las piezas que hacen falta y comenzar la construcción de un edificio que sirva tanto de taller como de espacio expositivo. El objetivo es inaugurar un museo interactivo donde las futuras generaciones puedan conocer de primera mano lo sucedido en 1982 y valorar el coraje de quienes defendieron el país.
Símbolo de identidad nacional
Más allá de su valor histórico, el Aermacchi MB 339 se convierte ahora en un emblema de compromiso con la memoria. La historia de este avión y de sus protagonistas ayuda a conectar a la comunidad con un capítulo crucial de la Argentina, recordando que los héroes no solo viven en los libros de historia, sino también en los objetos que logramos preservar y en los relatos de aquellos que los vivieron en primera persona.
El legado de Malvinas, hoy
Con el avión instalado en Sunchales, el legado de la Guerra de Malvinas se arraiga en el presente, invitando a reflexionar sobre el sacrificio y el heroísmo de sus combatientes. La comunidad, ahora más unida que nunca, se prepara para honrar esta pieza fundamental de la historia y rendir tributo a quienes hicieron posible que la soberanía argentina ondee con orgullo.
Compartinos tu opinión