Ante el aumento de quejas por los altos precios de los vehículos, el Gobierno está analizando implementar una serie de medidas para reducir la carga impositiva en el sector automotor, con el objetivo de que estas reducciones impacten directamente en los consumidores y no se pierdan en las ganancias de concesionarios y automotrices.
Más del 50% del precio de un auto son impuestos
De acuerdo con las automotrices, más de la mitad del precio final de un vehículo corresponde a impuestos. Esta presión impositiva, sumada a la inflación y a los costos de producción, ha llevado a que el precio de los autos sea cada vez menos accesible para los consumidores.
Postergación del ajuste de impuestos internos
En línea con esta problemática, el equipo económico está evaluando la posibilidad de postergar la actualización de la base imponible del Impuesto Interno, prevista para el 1° de febrero, y retomarla en marzo, según lo establece el cronograma original.
Este ajuste, que sería del 4,16%, tendría un impacto mínimo en los precios, según funcionarios del área, por lo que consideran más conveniente esperar hasta marzo para no generar incertidumbre ni alteraciones en el mercado.
Propuesta de reforma impositiva en el sector automotor
Por otro lado, el ministro de Economía, Luis Caputo, analiza un borrador de reforma impositiva que busca reducir los costos de los vehículos entre un 15% y un 20%. Este proyecto apunta a que las rebajas impositivas se reflejen directamente en los precios finales y promuevan una mayor competencia entre los modelos nacionales e importados.
Entre las propuestas que se barajan, se incluye:
- Eliminación de impuestos internos para ciertos modelos híbridos: Se aplicaría a vehículos importados con Valor FOB menor a u$s26.000, promoviendo el acceso a tecnologías más sostenibles.
- Reducción de aranceles aduaneros: En este caso, la medida abarcaría a todos los autos impulsados por energías alternativas, como híbridos y eléctricos, fomentando el ingreso de modelos más accesibles y ecológicos.
Impacto esperado
De concretarse estas medidas, los consumidores podrían ver una disminución en los precios de los vehículos y un impulso en la competitividad del mercado. Además, el Gobierno busca diferenciarse de políticas anteriores, garantizando que las reducciones no queden absorbidas por las ganancias de las automotrices y concesionarios, sino que lleguen directamente al bolsillo de los compradores.
Con estas iniciativas, el sector automotor podría experimentar una reactivación significativa, especialmente en un contexto donde la demanda de vehículos eléctricos e híbridos está en constante crecimiento a nivel mundial.
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