En este contexto, y a pesar de las compras que realizó el BCRA en los últimos días, impulsadas por el “dólar soja 3”, las reservas siguen cayendo. De acuerdo con estimaciones privadas, las netas se ubicarían en terreno negativo, con un faltante del orden de los u$s 1.800 millones de dólares.
La conducción económica confía en lograr un entendimiento con el FMI ya que considera que el Fondo “no tiene margen para que se les caiga el acuerdo” -la Argentina es, por lejos, el mayor deudor del organismo-.
En tanto, noticias provenientes de Washington señalan que el Fondo sigue presionando por obtener medidas de austeridad. Esta posibilidad se encuentra acotada por el empobrecimiento que, en general, viene sufriendo la Argentina.
Al respecto, el Salario Mínimo Vital y Móvil perdió un 37% de poder de compra con respecto a 10 años atrás, la jubilación mínima 24% (aun contemplando los bonos actuales) y la Asignación Universal por Hijo (AUH) 18%, según estimaciones de Ecolatina.
Otro dato que ilustra la situación de los magros ingresos de los trabajadores, el costo de la canasta básica total demanda el 80% del salario promedio registrado, según los datos de Econométrica, consultora que dirige el economista Ramiro Castiñeira.
De todas formas, la conducción económica argentina y los técnicos del FMI aspiran a “concertar un conjunto de medidas que todas juntas permitan llegar a diciembre con estabilidad”, señalan fuentes de la cartera.
En paralelo, el equipo del Palacio de Hacienda contempla obtener otras líneas de financiamiento para el comercio exterior. Sobre fin de mes el ministro Massa viajará a China donde prevé renovar, y en lo posible ampliar, el swap de monedas en yuanes que actualmente dispone el país por el equivalente de u$s 12.000 millones.
También en este viaje tiene previsto acordar el respaldo del banco de los BRICs para comenzar a utilizar reales en el intercambio comercial con Brasil.
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