La Iglesia Católica celebra cada 8 de mayo el Día de la Virgen de Luján, festividad que todos los años genera una gran convocatoria y peregrinación hacia la Basílica situada en la ciudad homónima, a unos 70 km al oeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fue en 1887 cuando el entonces Papa León XXII coronó a la Virgen como “Nuestra Señora de Luján”, y la consagró como la virgen representativa de la feligresía católica argentina.
¿Qué día se le prende vela a la Virgen de Luján?
Es una tradición en la Iglesia Católica encender velas ante una imagen de un santo, santa, la Virgen o Jesús como muestra de fe y devoción, y también para hacer llegar a los santos los deseos o plegarias.
"Pueden prenderle una vela a la hora que quieran", dijo a GO Noticias el obispo argentino Jorge García Cuerva. “No hay una hora determinada", aclaró.
“Debe ser durante el momento en que uno reza y luego debe apagarse”, explicó también el obispo de la diócesis de Río Gallegos, y descartó “la idea de dejar la vela prendida durante todo el día o hasta que se consuma, eso puede ser además un riesgo de incendio”.
¿Cuál fue el milagro de la Virgen de Luján?
La historia de la festividad se remonta al año 1630, cuando un hacendado portugués que vivía en Santiago del Estero le pidió a un compatriota que le enviara desde Brasil una imagen de la Inmaculada Concepción de María.
Su amigo le envió dos imágenes que fueron colocadas en carretas al llegar al puerto de Buenos Aires. Uno de los vehículos se detuvo inexplicablemente en el partido de Pilar, a orillas del Río Luján.
Pese a que los conductores vaciaron la carreta casi en su totalidad, la misma solo avanzaba cuando la caja con la imagen de la Virgen era bajada. Entonces, llegaron a la conclusión de que la Virgen quería quedarse en esa orilla.
Cuando la historia se difundió entre los vecinos, decidieron llevar la imagen, realizada en arcilla y de 38 centímetros de altura, a la capilla más cercana. Durante los años que estuvo instalada allí, recibió como ofrendas piezas de lana y ganado vacuno, por lo que se la llamó “la Virgen Gaucha”.
La imagen fue trasladada en 1904 hacia la Basílica de Luján. Sin embargo, el centro religioso se consideró inaugurado recién el 4 de diciembre de 1910, cuando el obispo de La Plata, Monseñor Juan Nepomuceno, lideró el acto de bendición del interior del edificio.
La Basílica recibió el título oficial como tal el 15 de noviembre de 1930, otorgado por la Santa Sede y al celebrar Tricentenario de la Virgen de Luján.
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