Según el comunicado publicado por la AFIP, las maniobras fraudulentas que se detectaron están relacionadas con la detención en la Aduana de envíos postales internacionales. Así, los hackers se comunican con el contribuyente en nombre del organismo y exigen un pago para "liberar" la mercadería que está siendo "retenida en aduana".
Por último, los funcionarios de la Administración dieron a conocer una serie de consejos de seguridad para los contribuyentes. Estos son:
- La clave fiscal es personal y privada. No debe compartirse por ningún medio
- La AFIP no emite mensajería por WhatsApp.
- El organismo no envía correos electrónicos en forma directa.
- Los correos electrónicos y otros mensajes de la AFIP nunca están firmados con un nombre particular.
- El organismo no solicita pagos ni datos personales vía mail, redes sociales o por teléfono.
En otra modalidad de ciberdelincuencia, el pasado miércoles un hacker vulneró el sistema de seguridad del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) y robó las bases de datos de todas las licencias de conducir de Argentina. Posteriormente, estos datos fueron puestos a la venta en internet.
El hacker que efectuó el ataque al Renaper solicitó u$s3700 por un paquete de 5.7 millones de registros. El mismo incluye datos de políticos y personalidades famosas.
Tal como pudo corroborarse más tarde, los datos de las licencias subidas son reales. Tanto las fechas de emisión y vencimiento, como los demás datos personales coinciden con la documentación con la que cuentan las autoridades del organismo.
“El actor de amenazas vende un lote de 5.7 millones de licencias de conducir en un canal de Telegram, que pesa 1.25 TB. Encabeza el anuncio con imágenes frontales de tres licencias de conducir particulares: la del Presidente de la Nación, la de la ministra de Seguridad y la del ministro de Defensa”, explicó Mauro Eldritch, director de Birmingham Cyber Arms, empresa encargada de analizar y reportar filtraciones de datos.
Además, Eldritch aseguró que el hacker “publicó en forma gratuita una muestra de 70.000 registros en formato JSON (un formato de archivo específico), extraídos aparentemente de un sistema de bases de datos NoSQL". A pesar de esto, desde el organismo estatal aseguraron que "no existió un hackeo a la base de datos del organismo ni una nueva filtración de información"
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