Ya en la década de 1950, hubo llamados de los sindicatos para introducir una semana de cuatro díasYa en la década de 1950, hubo llamados de los sindicatos para introducir una semana de cuatro días
En momentos en que muchas empresas buscan nuevas formas de atraer y retener a los mejores talentos en todo el mundo, ante la aparición de una generación de trabajadores que privilegian su proyecto y el bienestar personal por sobre la pertenencia a una firma por más importante que sea, volvió a tomar protagonismo una alternativa muy seductora: la semana laboral de cuatro días.
Y es que según una encuesta reciente de 4.000 trabajadores en EE.UU., el 83% quiere una semana laboral de cuatro días. En momentos en que la principal potencia económica atraviesa un movimiento que califican como "la Gran Renuncia" y millones de puestos de trabajo no pueden ser cubiertos, es un dato a tener en cuenta.
En Argentina la semana pasada, uno de los dirigentes del subte más reconocidos y secretario de salud laboral de la CTA Nacional, Roberto "Beto" Pianelli, sostuvo que es necesario llevar la jornada laboral a 30 horas distribuidas en 4 días por semana, y reactivó el debate sobre la propuesta en el país. "En Argentina hay muchísimos compatriotas que no tienen trabajo, además los avances tecnológicos han acelerado la forma de producir mercancía y servicios. Si este no es el momento de discutir la reducción de la jornada laboral no sé cuándo será", dijo el dirigente en diálogo radial.
En el Congreso
Actualmente hay dos proyectos con estado parlamentario sobre la iniciativa reflotada por Pianelli.
Uno pertenece a la diputada del Frente de Todos y dirigente de la Asociación Bancaria Claudia Ormaechea, que propone una jornada máxima de 6 horas, con un tope de 36 horas semanales.
El otro es del también diputado oficialista y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, establece una semana laboral con un máximo de 8 horas diarias y no más de cuarenta horas semanales de labor.
Pianelli sostuvo que la reducción de las horas del trabajo generaría nuevos puestos de trabajo. "Si no distribuimos las horas de trabajo generás una sociedad de incluidos y una sociedad de excluidos", subrayó el gremialista, que recalcó que la necesidad de una "sociedad más justa, que empieza por distribuir su trabajo existente. Para eso hay que reducir la jornada".
Para Pianelli reducir la jornada mejoraría la calidad de vida de los trabajadores, bajaría los niveles de polución y potenciaría la recreación y a los sectores de turismo.
"Los servicios y mercancias mantienen su valor histórico generando que haya mayor acumulación de riqueza para las patronales. Por eso hoy vemos esas fortunas inimaginables donde pocas personas han acumulado mucha fortuna", indicó el dirigente, al graficar que la ganancia de productividad de los últimos años permitiría perfectamente reducir la jornada laboral sin pérdida de valor para el sector empresario.
Propuesta con historia
Los debates sobre la duración de la semana laboral aunque parezcan, no son nuevos, señala un artículo de BBC News, que rememora que fue la Ford Motor Company en 1926 la que estandarizó el patrón de trabajo de lunes a viernes, ya que hasta ese momento lo usual era una semana laboral de seis días, con solo los domingos libres.
"La teoría de Henry Ford era que [trabajar]cinco días, con el mismo salario, aumentaría la productividad de los trabajadores, ya que las personas pondrían más esfuerzo en una semana laboral más corta", dice Jim Harter, director de gestión y bienestar en el lugar de trabajo de Gallup, la firma de análisis estadounidense con sede en Nebraska.
Se demostró en gran medida que la teoría era correcta: en las décadas posteriores, la semana laboral de cinco días se transformó en una práctica común. En la Argentina, recién en 1932 se estableció el llamado "sábado inglés", por el cual se reducía la jornada laboral a 44 horas semanales, que se distribuían en 9 horas por día de lunes a viernes.
Posteriormente, en la década de 1950, hubo llamados de los sindicatos para introducir una semana de cuatro días. "La gente comenzó a pensar que si quitamos otro día de trabajo, sería aún mejor", dice Harter.
Pandemia
Pero la puesta en marcha de esa iniciativa no tuvo demasiados progresos, dice la BBC, que grafica que en marzo de 2020, un estudio de Gallup de más de 10.000 empleados de tiempo completo en Estados Unidos mostró que solo el 5% trabajaba una semana más corta.
Fue la pandemia de coronavirus la que pareció marcar un renacer de la propuesta, ya que se emprendieron más pruebas y anuncios de la semana laboral de cuatro días.
"Los cambios recientes en el trabajo han acelerado el movimiento en favor de cuatro días", comentó Alex Soojung-Kim Pang, director de programas de la organización sin fines de lucro 4 Day Week Global, con sede en California, que propulsa una semana laboral más corta.
"La pandemia ha dejado en claro que podemos cambiar la forma en que trabajamos de manera muy drástica; la Gran Renuncia (nombre que se le dio en EE.UU. a la renuncia voluntaria de trabajadores en 2021) ha hecho que las empresas busquen nuevas herramientas de contratación y retención", dijo Pang.
Contrastes
No obstante, una investigación de Gallup encontró impactos tanto positivos como negativos de trabajar una semana más corta.
Si bien el bienestar de los empleados aumenta y el agotamiento se reduce debido a una semana laboral de cuatro días, la desconexión activa también aumenta: los trabajadores que ya se sienten desconectados de su empresa tienen más probabilidades de alejarse más si trabajan menos días, afirma Gallup.
Por otra parte, algunos trabajadores pueden resistirse a tener una semana laboral comprimida, con horarios potencialmente más largos y menos descansos, impuestos por su empleador. Al mismo tiempo, es posible que otras personas ya estén trabajando a pleno rendimiento, lo que significa que una semana laboral más corta podría hacer que su carga de trabajo sea menos manejable.
En una encuesta realizada por Gartner Inc., los ejecutivos consideraron que la reducción de la semana laboral era la estrategia de contratación y retención más deseada, pero solo el 6% dijeron que la estaban implementando o que planeaban implementarla en su organización.
En cambio, es más probable que las empresas aumenten el tiempo libre remunerado o den a los trabajadores más flexibilidad en cuanto a la hora de empezar y terminar el trabajo cada día.
La encuesta, realizada a fines de abril, revelo que los ejecutivos temían más una pérdida de productividad si cambiaban a estrategias basadas en el tiempo, como la semana laboral de cuatro días, que ha sido probada en empresas nuevas y también en algunos grandes empleadores, como Cisco Systems Inc. y Unilever Plc.
Los resultados surgen justo cuando los legisladores de California archivaron una propuesta para instituir una semana laboral de cuatro días en todo el estado para los empleados por hora, lo que demuestra lo difícil que podría ser la adopción generalizada de la medida.
Por lo que se ve, el debate no tiene aún un resultado definitivo.
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