"Estamos muy contentos, todo el equipo del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la Unsam y el Conicet, el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (Inbris), el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Clinical Pharma, Nobeltri, Fundación y Laboratorio Pablo Cassará porque la publicación de este paper evaluado por expertos internacionales confirma que los resultados que obtuvimos en la fase 1 son muy buenos", señaló Juliana Cassataro, investigadora del Conicet en el IIB y una de las autoras del artículo.
A partir de los resultados de la fase 1 se obtuvo información que demostró que la vacuna es segura y muy "inmunogénica", lo que implica que genera una alta respuesta en el sistema inmune.
"La vacuna es segura y lo que es muy importante para nuestra región es que, luego de la aplicación de ARVAC, se observa un importante refuerzo de la respuesta inmune en individuos vacunados con diferentes plataformas de vacunas", subrayó Cassataro.
Hasta el momento hay 1.812 voluntarios vacunados de 2.000 que se necesitan y solo quedan reclutar personas mayores de 60 años (que pueden hacerlo en la página web de ARVAC).
En el texto se precisó que "próximamente se solicitará la aprobación final a la Anmat para que pueda ser aplicada como vacuna de refuerzo en territorio argentino, marcando un nuevo hito para la ciencia y la tecnología del país y la región".
El desarrollo se basa en la tecnología de proteínas recombinantes, la misma que se utiliza desde hace décadas para fabricar la vacuna contra Hepatitis B que se usa en niños recién nacidos o contra el Virus del Papiloma humano (VPH) que se aplica a adolescentes. Además, es una plataforma que puede adaptarse fácilmente ante el surgimiento de nuevas variantes a nivel regional o mundial.
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