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Privados ahora creen en inflación de dos dígitos

No es motivo de festejo, ni tampoco de revancha. Pero dentro del equipo económico un dato movió un tenue y leve optimismo. O al menos muestra una victoria leve (en la visión del oficialismo) contra las consultoras privadas. Por primera vez, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) mostró una inflación anual de dos dígitos para este año. El trabajo que recopila y mide en promedio las expectativas de las principales variables económicas del país arrojó este mes un alza de los precios de 94,4%, mientras que para 2023 la proyección ahora alcanza el 99,7%. Si bien los movimientos de las expectativas son tenues en comparación con lo que se esperaba el mes pasado, es la primera vez que las consultaras privadas se ubican cerca de la proyección oficial. Esta es, en coincidencia entre el Palacio de Hacienda y el Fondo Monetario Internacional (FMI), un tope de 95%. Ahora, con los datos del REM, es posible que los hombres y mujeres de Sergio Massa recalculen algo más abajo el porcentaje, acercándose más al 90%. Obviamente no son datos para presumir. Ni mucho menos. Pero es la primera vez que desde el Ministerio de Economía se le gana la pulseada a las consultoras privadas en cuanto a la medición de la inflación. No se trata en realidad de una competencia, pero la importancia de la comparación y el recalibramiento de los privados apunta al 2023.
Los cálculos que el oficialismo mantiene activos desde septiembre son que el acumulado mensual permite sostener ese nivel, con la presunción de que en noviembre arrojará por debajo del 6%; eventualmente cerca incluso del 5,5%. Y aún con un diciembre más complicado y cercano al 6,5% el alza se mantendría en los dos dígitos. Mirando esta situación es que se decidió además no avanzar más durante lo que queda del 2022 en el incremento de las tarifas, y esperar al 2023 para continuar con el proceso de segmentación en la luz y el gas. Con esto, esperan en el Palacio de Hacienda, se podría reducir en al menos un punto porcentual el alza de los precios de diciembre, controlando el valor final para la meta de dos dígitos porcentuales.
El massismo espera también que juegue a favor el programa Precios Justos; el que, según la información oficial, habría contribuido el mes pasado a un aumento controlado de en los valores de los alimentos, bebidas y productos de consumo masivo. El Ministerio de Economía espera que cuando se conozcan los datos del, el alza de los precios en este rubro (el más importante del índice), haya sido el de menor nivel en los últimos seis meses. Se sabe que no se podrá repetir la performance en diciembre, pero al menos se aguarda que no complique.

La creencia de Hacienda es que el nivel de suba de precios de 7% mensual en el tercer trimestre (especialmente en alimentos y bebidas) se debió más a un shock especulativo sobre la evolución monetaria y cambiaria que a un reflejo serio de la realidad de la estructura de precios. Reconocen, además, que no ayudaron las circunstancias políticas dentro del oficialismo a partir de la renuncia de Martín Guzmán y las tres semanas de intento de gestión de Silvina Batakis; días complicados por la interna del oficialismo que casi lleva al país a una corrida terminal, reconocida por el propio ministro de Economía y su número dos Gabriel Rubinstein. La llegada de Massa, por el contrario, logró cierta estabilidad en los frentes fiscal, monetario y, especialmente, cambiario, con lo que los 2 puntos porcentuales que obedecen a cuestiones meramente especulativas deberían ceder.

La posibilidad de los dos dígitos para este año tiene un padrino importante. El FMI, en su último informe World Economic Outlock (WEO), publicó en octubre las perspectivas de la economía argentina para cerrar 2022 con una medición de 95% de inflación para este año, junto con un crecimiento de 4% final. Como el mismo trabajo incluía críticas y advertencias sobre la marcha del acuerdo, consideran en Hacienda que los datos positivos también deben ser tomados como creíbles por el mercado local. En las últimas horas, en los contactos de la misión argentina en Washington para cerrar los números del tercer trimestre, se volvió a considerar la posibilidad de los dos dígitos, pero bajo observación de lo que suceda en diciembre. De alguna manera, es una forma de alentar a Hacienda a sostener los actuales criterios monetarios restrictivos y limitantes de la expansión del gasto público, ante las presiones políticas internas del propio Gobierno.

Para Economía, que se logre no superar la frontera del 100% tiene un aire de revancha. Así, los funcionarios podrían mostrar un tenue triunfo estadístico contra los excolegas del equipo económico de las consultoras privadas. Ninguna de ellas habla de menos de 100% en sus últimos papers. El problema se agrava cuando las mismas lanzan sus apreciaciones para 2023, con proyecciones que exceden largamente el 100% y que, en algunos casos, superan el 130%; niveles agrietados con el 60% incluido en el Presupuesto. Si las consultoras se equivocaran en su predicción para 2022, Massa y su equipo tendrían argumentos válidos para refutar los pesimistas pronósticos inflacionarios de 2023.

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