Resurge la primera marca de agua mineral embotellada que tuvo la Argentina: ya está a la venta y se empezó a exportar a China. Con 140 años de historia, la salteña Agua Mineral Palau nació en 1880 en esa provincia, desde donde se expandió hasta que, luego de varios pases de manos, desapareció del mercado.

La etiqueta ya volvió a las góndolas y se convirtió en la primera de industria nacional en exportarse al mercado asiático. A fines de octubre, arribó el primer embarque. Con una inversión de u$s 700.000, el grupo tucumano Yuanfen ganó la concesión del negocio hace dos años, retomó la producción y apunta a reflotarla.

En mayo de 2021, y luego de negociaciones encabezadas por el Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable de Salta, se concretó la reapertura de la planta, poniéndole fin a la crisis que atravesó la compañía desde 2018. Se priorizó preservar las fuentes laborales y se encaró el proceso de normalización de la empresa, mediante un contrato de concesión que comprende la explotación, el fraccionamiento y la comercialización de las fuentes de Agua Mineral Palau.

La llegada a Asia se facilitó teniendo en cuenta que la firma tucumana es una subsidiaria de una empresa china homónima, dedicada a la consultoría de comercio internacional. Para ello, se trabajó con la Cancillería y el Hub Integral de la Argentina en Shanghái, para identificar oportunidades.

En 2022, la Argentina exportó aproximadamente u$s 2800 millones en alimentos a China, incluyendo carne, lácteos, frutas y preparaciones vegetales. La presencia ese mercado está asociado a la creciente capacidad adquisitiva y diversificación del consumo de los habitantes.

El máximo de producción histórico de Palau fue 400.000 litros al mes. Ya se rompió ese récord: hoy, la elaboración mensual de botellas de 500 ml. de agua con gas y sin gas ronda en torno a 1,2 millones de litros y, en los próximos dos meses, se prevé llegar a los 2 millones. También proyecta recuperar la "línea vidrio" de agua mineral premium, que se concretará con la adquisición de maquinaria importada, también desde China.

La marca nació de la mano del médico español Antonio Palau, quien descubrió las aguas termales del cerro La Candelaria. Interesado en sus propiedades curativas, el emprendedor lanzó en 1878 el primer balneario de este tipo en América latina, donde los visitantes recibían una copa de agua proveniente de esa fuente. Fue el puntapié de este desarrollo en la industria turística.

Por el caudal de público, en 1880, se tomó la decisión de embotellarla y comercializarla, dando lugar así a la primera agua mineral envasada de la Argentina. En 1904, fue distinguida como la mejor agua del mundo en la exposición Universal en los Estados Unidos. Y dos años después, recibió el premio Grand Prix de Higiene en Londres.

Es catalogada como un agua de mineralización media, hipertermal, alcalina, bicarbonatosa y de PH alto por su pureza y efectos fisiológicos. También es calificada como orgánica, por su composición de minerales naturales. Su captación no requiere de perforaciones ni del uso de bombas, sino que emerge de la vertiente natural a 2700 metros de profundidad de las fuentes de Rosario de la Frontera, sobre las colinas del sur de Salta.