Con una producción máxima prevista de 10 millones de metros cúbicos de gas al día, se espera que el proyecto offshore Fénix suministre gas natural durante más de 15 años, a partir de 2025. “Es un proyecto insignia, no solo para nosotros, sino para todo el país, ya hemos decidido invertir con TotalEnergies y PAE unos u$s700 millones en conjunto”, ratificó Thilo Wieland, de la firma Wintershall Dea.
El consorcio CMA-1, integrado por las tres compañías energéticas, aporta alrededor del 15% del total de la producción nacional de gas, y proviene de los campos en el Mar Argentino: Antares-Ara-Cañadón Alfa, Hidra, Ara South, Kaus, Carina y Aries, además de Vega Pléyade.
En abril de 2022, el consorcio CMA-1 obtuvo una ampliación de la concesión hasta 2041. El yacimiento Vega Pléya está conectado a través de un gasoducto submarino de 77 kilómetros con las plantas de tratamiento onshore en Río Cullen. En mayo de 2019 se finalizó la expansión de la planta de tratamiento de Cañadón Alfa y ahora se anunció la construcción de dos nuevos trenes de compresores de baja presión y un tercer ducto de 35 kilómetros, que conecta la planta Río Cullen con la instalación de tratamiento y exportación de gas Cañadón Alfa.
“Fenix se puede desarrollar de manera muy sostenible, con infraestructura existente, y solo con construir una tubería de 35 kilómetros, y de ahí pasa a los centros de demanda alta de Buenos Aires. Argentina es un país muy rico en cuanto a recursos naturales, y este proyecto es muy importante para nosotros. Habrá más proyectos de exploración offshore, y si hay yacimientos que estén en condiciones, seguiremos avanzado”, comentó Wieland.
Actualmente, el consorcio construye una nueva plataforma para aguas profundas para el Fénix en Italia, que podría llegar al país a fin de año. “Me siento muy optimista para el progreso que veremos en el 2023”, dijo el directivo germano.
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