La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) y sus 28 cámaras asociadas en las distintas provincias del país, entre las cuales figura la Cámara Fueguina de la Madera (CAFUFAMA-) realizaron un diagnóstico de la situación que atraviesa el sector. Afirmaron que se encuentran en una “grave crisis que podría derivar en despidos” en caso no haber soluciones a corto plazo.
“Se llevó adelante en Buenos Aires una reunión de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines, donde se expuso la realidad que está atravesando el sector maderero en todo el ámbito nacional”, introdujo al respecto el contador y licenciado Ramón Gallardo, integrante de la mesa directiva de FAIMA y presidente de CAFUFAMA.
Gallardo detalló que el encuentro denominado ‘Situación Actual de la Industria Maderera Argentina’ “fue encabezado por el Presidente de FAIMA, Sr. Román Queiroz, y la reunión contó con la cobertura de los principales medios de de comunicación del país”.
En ese sentido, el referente fueguino señaló que “planteamos el difícil momento que está atravesando nuestro sector y por eso reclamamos una serie de medidas como un tipo de cambio que sea competitivo, tal cual lo tiene el sector de la soja, y el uso de la madera en la construcción de viviendas”.
En ese sentido recordó que “en Tierra del Fuego, a través de CAFUFAMA, venimos planteando la inclusión de la lenga en la construcción de viviendas porque es un sistema mucho más rápido, económico y genuino porque el recurso lo tenemos en la Isla donde ya hay una masa crítica de productores y aserraderos con experiencia”.
Recordó que “desde hace muchos años la lenga fueguina se exporta al mundo porque es una madera muy noble y apta para la construcción, si bien ahora el escenario internacional se ha retraído para las exportaciones y por eso pedimos un tipo de cambio competitivo, ya que es evidente la situación de caída de la demanda global de productos de madera”, subrayó.
Piden a Nación que defina una política de hábitat con el uso de la madera
“Nosotros realizamos un pormenorizado informe que fue dado a conocer por el presidente de nuestra Federación, Román Queiroz, donde detallamos que hay una producción de 60 millones de pies cúbicos por mes en el NEA y en Argentina se consumen solamente 40 millones, por lo cual hay 20 millones que no tienen destino”, resumió.
En ese sentido, el contador Ramón Gallardo entendió que “con este acumulado de materia prima se puede fabricar 2.000 viviendas por mes y por eso solicitamos a Nación que defina una política constructiva de hábitat social con el uso de este recurso natural sustentable, aprovechando estos 20 millones de pies cúbicos por mes que quedan sin exportarse y no son absorbidos por el mercado interno”.
En la conferencia de prensa, FAIMA planteó que “desde hace un semestre el mercado externo tiene una fuerte caída, hay una baja considerable de los precios en dólares y países como Estados Unidos ya están sobre stockeados de los productos que fabricamos en Argentina”.
La preocupación de las empresas se traduce, por ahora, en la necesaria reducción de costos. Pero reconocieron que avizoran medidas más extremas de continuar con la situación: plantearon la posibilidad de haya despidos en el sector.
“La industria de la madera concebida como una cadena de valor foresto industrial abarca un universo de empresas casi en su totalidad PyMEs (98,7% según un relevamiento de FAIMA), genera más de 188.000 empleos directos e indirectos en toda Argentina y aporta el 7,3 por ciento del valor agregado de toda la industria nacional”.
De esa cifra, “hoy la exportación logra colocar al menos unos 40 millones, y por eso el foco en la industria pasó al mercado interno: piden que allí puedan ser absorbido el remanente de 20 millones de pies”, insistió.
Para los empresarios, ante el panorama complejo que se presenta y la abundancia de oferta en el mercado interno la solución podría estar en que se comience a trabajar en un cambio cultural de parte de los argentinos: busca que la construcción de viviendas de madera tenga un fuerte impulso desde el Estado.
Incluso le pusieron cifras. “Nuestra vida a partir de ahora debe ser sustentable. Ayer era posible, hoy es tarde y mañana ya no existe. Hay que empezar ahora, porque con los 20 millones de pies que hay de sobra podrían construirse unas 2.000 casas de madera por mes”, planteó coincidentemente Daniel Vier, vicepresidente de FAIMA.
En FAIMA aseguran que, decisión política de por medio, podría establecerse un plan de construcción de 100 casas al mes por cada provincia, solo con esa cantidad de madera sobrante.
¿Por qué eligieron poner el foco en la cuestión habitacional? Porque para los empresarios sería la opción más viable para darle respuesta a un déficit habitacional crónico que ronda las 3 millones de viviendas, según estimaron.
“Pero no hay marco legal hoy en día, cada municipio puede aplicar su propio criterio”, se lamentó el Vicepresidente de FAIMA Ing. Daniel Vier, Presidente de CADAMBA y Director del Departamento de Construcción con Madera de FAIMA.
Potencialidad de la madera en la construcción de viviendas y su beneficio en el combate del cambio climático
“Tierra del Fuego tiene un déficit habitacional crónico e histórico de más de 10 mil viviendas. La construcción que se lleva a cabo año a año ni siquiera suple el crecimiento poblacional que tiene la provincia, lo que origina valores de tierras y alquileres realmente excesivos, por la falta de oferta al respecto. La construcción de viviendas tiene que ser replanteada”, definió Ramón Gallardo.
“La industria de la construcción consume alrededor del 20 por ciento de toda la energía que se produce en el planeta y genera entre el 45 al 50 por ciento de los gases de efecto invernadero que producen el calentamiento global”.
Agregó que “en estos momentos estamos viendo en nuestra vida diaria el efecto invernadero; sino encaramos una solución real al problema del efecto invernadero en la construcción, no habrá una solución ambiental para el planeta tierra”, advirtió.
“No es el consumo del 2 por ciento de los aviones o el 3 por ciento de los vehículos terrestres lo que impacta sensiblemente en el ambiente, sino la construcción. Justamente es la construcción la que debe ser replanteada. Nosotros tenemos la potencialidad, los recursos; tenemos la necesidad, tenemos el mercado, tenemos el layout”, observó.
En ese sentido añadió que “debemos encarar una solución habitacional sostenible y sustentable. Necesitamos un marco legal en la provincia ya que la Ley Provincial N° 298 jamás se aplicó. El sistema constructivo tiene que se más amable con el medio ambiente”.
Reparó que “el árbol saca el carbono que nosotros metemos en el medio ambiente y lo fija en forma de madera. Las casas y todo lo que contemple madera, lo van a preservar, lo que significa que en el proceso de construcción con madera, estamos generando una suerte de retiro del carbono del medio ambiente que hemos generado en el último milenio y volverlo a confinar en una estructura de madera que puede durar muchos años”.
“La huella de carbono en la construcción con madera es cero o positiva; no hay ningún material que se conozca que tenga esa característica de cero a positivo en huella de carbono”, aseguró.
Por ultimo Gallardo reparó que “Tierra del Fuego es muy rica en recursos naturales, pero no veo que tengan un proyecto cuando asumen como gobierno de qué hacer con la madera, qué hacer con la turba, qué hacer con la ganadería, que hacer con los recursos de nuestros mares. Creo que desconocen las necesidades de los que están aprovechando estos recursos, siempre con un criterio de sustentabilidad y cuidado al medio ambiente. Llegan funcionarios que se sientan en sus despachos pero no conocen la realidad y no le van a preguntar a los emprendedores, quienes son los que producen y los que pueden absorber mano de obra”.
¿Un nuevo tipo de cambio?
En tanto la vocal titular de FAIMA, Mercedes Omeñuka, evidenció que “en este momento nos encontramos con el mercado interno está en estos últimos meses con una importante recesión, que a las industrias les cuesta trasladar los costos al precio final. No hay rotación de esos stocks porque no hay ventas, que tienen una importante caída”.
Además, hicieron mención a la necesidad de que exista “un dólar más competitivo” para exportar. Pero rechazaron la chance de que exista un “dólar madera”, ya que por una cuestión logística se torna inaplicable. La industria maderera no está preparada para “apurar” exportaciones y producciones para liquidarla en una ventana arbitraria de tiempo.
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