Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido

Click aquí para activar las notificaciones y recibir las noticias directamente en su escritorio.

Regionales

Guanacos en Patagonia: un desafío ecológico y económico

La Patagonia enfrenta una problemática compleja sobre la superpoblación de guanacos, un tema que, según Celina Flores, investigadora del Centro de Investigación y Transferencia del Conicet, merece un análisis profundo y multidimensional. En una entrevista con Fm del Pueblo, Flores explicó que la percepción de superpoblación depende del sector y de la experiencia personal de quien observa la situación.

Para muchos ganaderos, que dependen de los pastizales para alimentar a su ganado, la presencia de guanacos representa una competencia directa por los recursos. En cambio, desde la perspectiva de quienes estudian al guanaco, la situación es distinta, ya que no existe evidencia concluyente de que esta especie perjudique la vegetación, al menos en áreas donde no convive con el ganado.

Flores resaltó que esta diferencia de percepciones se debe en parte a la falta de consenso en torno a los métodos de manejo de la fauna. “Es importante que las decisiones se tomen con una visión consensuada entre los distintos sectores sociales, ya que cada uno tiene su propia visión sobre la superpoblación y los efectos de esta especie en el ambiente”, señaló.

El guanaco, a diferencia del ganado, tiene una relación más adaptativa con el ecosistema patagónico, pues puede desplazarse en busca de alimento cuando los recursos se agotan en un área específica. Esto le permite evitar el sobrepastoreo en zonas fijas, una característica que lo hace menos perjudicial para los pastizales, a diferencia del ganado, que permanece en áreas delimitadas y aumenta el riesgo de degradación de la vegetación.

En términos ecológicos, la población de guanacos en Patagonia está regulada principalmente por la disponibilidad de alimento, en un fenómeno conocido como regulación “bottom-up” o desde abajo, donde la cantidad de recursos determina el número de individuos que el ecosistema puede sostener. “Un animal mal alimentado no sobrevive el invierno”, destacó Flores, explicando que esta es una forma natural de regulación que limita el crecimiento descontrolado de la población.

La investigadora también señaló que, en algunos casos, la percepción de superpoblación podría estar sesgada por la frecuencia con la que se ven guanacos en ciertos tramos de la región. En áreas abandonadas o sin ganado, las poblaciones de guanacos han encontrado un espacio propicio para crecer, algo que podría haber generado la impresión de una abundancia inusual. Sin embargo, en otros sitios de la Patagonia, esta situación es distinta debido a las variaciones en el uso del suelo y la gestión ganadera.

A nivel nacional, Flores destacó la importancia de monitorear las interacciones entre guanacos y ganado en el ecosistema. “Es posible realizar manejos adecuados de la fauna sin que se afecte el equilibrio natural, y en nuestro país contamos con especialistas capacitados para asesorar en este tipo de decisiones”, aseguró. Añadió que cualquier medida debe tomarse con precaución para evitar decisiones extremas, como considerar la eliminación de la especie, recordando que el guanaco es una especie nativa que ha habitado la región desde tiempos remotos, mientras que el ganado es una especie introducida.

En conclusión, Flores subrayó que la convivencia entre guanacos y ganaderos es un tema que requiere ajustes constantes y decisiones consensuadas. “El guanaco y el ganado interactúan de maneras complejas y únicas en cada contexto”, indicó, instando a que se continúe investigando y evaluando los impactos de ambas especies sobre el ecosistema patagónico.

Compartinos tu opinión

Te puede interesar

Últimas noticias

Fotos

Queremos invitarte a conocer Tierra del Fuego a través de sus maravillosos paisajes.

DJI_0453.jpg

ver todas las fotos

Videogalería Ver más

Momentos TDF

Teclas de acceso