El dólar alcanzó un récord histórico en Chile, cotizando a 1.017 pesos chilenos, lo que ha generado un fuerte impacto en la economía trasandina y ha despertado un marcado interés entre los turistas argentinos. En plena temporada de verano, miles de viajeros cruzan la frontera atraídos por los precios más competitivos en productos y servicios.
Factores detrás de la devaluación chilena
La depreciación del peso chileno frente al dólar se debe a varios factores: fluctuaciones en el precio del cobre, principal producto de exportación de Chile; tensiones políticas internas, y un fortalecimiento del dólar a nivel global. Desde septiembre de 2024, la moneda chilena comenzó a mostrar una tendencia a la baja, pasando de menos de 900 a superar los 1.000 pesos por dólar en apenas unos meses.
Afluencia masiva de turistas argentinos
El atractivo cambiario ha incentivado un flujo masivo de argentinos hacia Chile. En los primeros días de enero, más de 7.700 vehículos y 171 ómnibus atravesaron el paso internacional Cristo Redentor, con picos de hasta 12 horas de demora en la frontera. Durante la temporada, un promedio de 6.000 personas por día utiliza esta vía para ingresar al país vecino.
Compras y turismo: los grandes atractivos
Los argentinos aprovechan la diferencia cambiaria para adquirir productos como celulares, televisores, neumáticos y ropa. Por ejemplo, un iPhone 15, que en Argentina supera los dos millones de pesos, puede conseguirse en Chile por menos de un millón. Además, ciudades como Viña del Mar, Reñaca, La Serena e Iquique se consolidan como los destinos favoritos, ofreciendo precios accesibles y atractivos turísticos.
Un posible proyecto de ley chileno que permitiría devolver el 19% del IVA a los turistas extranjeros podría incrementar aún más el interés por viajar a Chile. Sumado a esto, el reciente vencimiento del Impuesto PAIS en Argentina ha abaratado el dólar tarjeta, haciendo aún más económica la experiencia para los viajeros.
Impacto en Argentina y desafíos futuros
Mientras el turismo argentino crece en Chile, el turismo receptivo en Argentina muestra signos de debilitamiento. En noviembre, las llegadas de extranjeros al país cayeron un 28,3% interanual, una tendencia que podría profundizarse si se mantiene la brecha cambiaria y el fortalecimiento del dólar.
El fenómeno plantea desafíos para la competitividad regional y para la economía argentina, que busca equilibrar los flujos turísticos y contrarrestar la fuga de consumo hacia destinos vecinos.
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