En el caso donde se denunció que una mujer había sido atropellada en Ushuaia y el conductor se había fugado en la avenida Alem. El conductor Javier White White de nacionalidad cubana, afirmo que el incidente fue comenzando adrede por un efectivo policial de la Comisaría Primera de Ushuaia, el cual sería hijo de la mujer que denunció que fue atropellada, incluso dando los detalles del incidente.
En su descargo Javier White White, explicó a los medios periodísticos de la Provincia de Tierra del Fuego lo ocurrido, a través de una nota: “Me dirijo a ustedes, con el fin de ejercer mi derecho a réplica en los medios que realizaron la cobertura de los hechos basado en una falsa denuncia y a los que no solicitarles su preciada colaboración. Ello con respecto al suceso acaecido en la ciudad de Ushuaia, el día 13 de mayo del corriente año, a las 14:59 horas, en las inmediaciones de calles Alem y Trejo Noel, divulgado por algunos medios periodísticos con titulares como: ‘accidente de tránsito con atropello, fuga y abandono de persona física’, en el cual se me involucra de una forma delictiva”. “En relación al hecho referido, siendo las 14:30 horas aproximadamente del día 13 de mayo del corriente año, me encontraba circulando en el auto de mi esposa en compañía de un amigo, por la calle Alem de la ciudad de Ushuaia, a la cual recurrí con el fin de realizar algunos trámites que me urgían, ya que mi domicilio de residencia es en la ciudad de Río Grande”, explica.
“Una vez llegado a la intersección de las calles Alem y Río Negro, detengo la marcha del rodado que conducía, detrás de un rodado ‘Gol Power’ con Dominio KDH 782, ante la luz roja del semáforo del sector. Pasado unos segundos con el cambio de luz a verde, y al ver que el rodado que tenía por delante no avanzaba -esperando un tiempo prudencial- advierto con un bocinazo el cambio de luz, con el fin de que el vehículo que se encontraba por delante reanudara su marcha. Cabe destacar que no fui el único que realizó este acto, ya que otros conductores también realizaron el llamado de atención de la misma forma”.
“Una vez reanudada la marcha, tras avanzar unos metros, percibo una considerable y brusca reducción de la velocidad del rodado referido anteriormente -el cual circulaba por delante- visiblemente de forma intencional y provocativa. En virtud de ello, me dispongo a adelantar el mismo con el fin de no embestirlo, observando a los pocos segundos, por mis espejos retrovisores, que el rodado venía por detrás a una distancia aproximadamente inferior a un metro, irrumpiendo de esta forma las normativas de tránsito que disponen la distancia permitida entre autos en circulación. Posterior a ello, acelero mi rodado, con el fin de distanciarme de ese vehículo, momento en el que advierto que éste realiza la misma maniobra, con la clara intención -totalmente visible- de embestirme”.
“En ese momento, me di cuenta que (yo) estaba siendo víctima de una persecución, totalmente peligrosa, en la cual se ponía en riesgo mi integridad, mi rodado y la seguridad de terceros, debido a las intenciones del conductor de aquel vehículo de provocar una colisión, lo cual fue buscado por un largo trayecto”.
Continuando con el relato, “al llegar a las inmediaciones de calle Alem y Trejo Noel, viendo que me aproximaba a una intersección donde debía ceder el paso, reduzco la velocidad de mi marcha y detengo mi vehículo a un costado poniendo balizas”.
“En esa circunstancia, advierto que el conductor del otro vehículo también detiene su marcha, descendiendo el conductor y haciendo yo lo mismo. Por lo consiguiente, inicio una charla con este masculino, Intentando mediar con la persona, al cual le hago referencia de su mal actuar, a lo que responde: “tu no sabes quien yo soy, yo soy policía. Negro de m…, deberías irte a tu país a hacer lo que te salga de la c… de tu madre, acá tu no me vas a decir lo que yo tengo que hacer.” Estas expresiones se fundaron en mi marcado color de piel y mi acento extranjero, ya que soy cubano, residente permanente en la República Argentina, radicado desde el año 2017 en este país”.
“Posteriormente, desciende del sector de acompañante del vehículo una señora, teléfono en mano, filmándome, ofendiéndome y faltándome el respeto. Viendo el rumbo que estaba tomando la situación y percatándome que, en el rodado del señor, en la parte trasera, se encontraba un menor de edad espectando toda la desagradable situación, decido retirarme a mi vehículo con el fin de irme del lugar, junto a mi amigo que se hallaba en el vehículo ya que no existió colisión alguna ni accidente de tránsito”.
“Una vez dentro de mi vehículo, la señora, de forma agresiva, totalmente fuera de sí, comienza a golpear los vidrios de mi auto, intentando arrancar el limpia parabrisas delantero. Viendo amenazada mi integridad -nuevamente- y poniéndome un tanto nervioso, decido poner en marcha mi vehículo, y comenzar a salir a una velocidad totalmente prudencial”.
“En ese momento, la señora intentó arrancar el espejo retrovisor de la parte derecha del auto, a la vez que caminaba junto al mismo, a la misma velocidad. He de destacar que durante ese trayecto, con el auto en marcha, ella siguió agrediendo y golpeando mí vehículo. Acto seguido, pierdo de vista a la referida, aduciendo que la misma había desistido de su accionar. Dando por sentado que había sido una exaltación del momento”.
“En virtud de ello, continúo mi marcha tranquilamente, en dirección hacia la casa de un amigo. Al llegar al lugar referido, almorzamos, hablamos del tema, pensando que ya todo había terminado y que había sido una cuestión del momento. Más tarde, terminé de realizar los trámites que me restaban y me dispuse a retirarme de la ciudad, rumbo hacia Río Grande, lugar donde resido”.
“En relación a ello, circulé por el control policial de la salida de la ciudad de Ushuaia, sin problema alguno. No obstante, una vez que me encontraba circulando por la Ruta Nacional N° 3, a la altura de la entrada de la Ruta Complementaria “J”, me detuvo un vehículo policial, momento en el cual se me notificó que tenían orden de detener mi vehículo”.
“Al preguntar el motivo, consultando si había sido la discusión acalorada que había mantenido ese mismo día, tomo conocimiento que estaba en calidad de imputado, por supuestamente haber atropellado a una mujer y haberme dado a la fuga. Algo que no había sucedido en efecto, pero sí recordando el incidente en cuestión, por lo que me puse a total disposición del procedimiento policial. Posterior a ello, al regresar hacia la ciudad, se me realizaron los trámites de rutina inherentes al caso”.
“En ese sentido, fui llevado a actualizar mi legajo prontuarial e inclusive a un control médico ante el Hospital Regional, donde se me realizó un control de alcoholemia, el cual dio negativo. Todo el procedimiento culminó con la lectura de mis derechos y garantías, y la realización de mi contra denuncia hacia el ciudadano involucrado en el evento, respecto del cual posteriormente tomé conocimiento que se trataba del agente policial xxx, de la comisaría primera de la ciudad de Ushuaia. Así como también contra la señora que me agredió y realizó una falsa acusación contra mi persona, en la cual miente alevosamente diciendo que era ella quien conducía el vehículo. En suma, la misma resultó ser la madre del agente policial”, concluye el ciudadano cubano Javier White, quien dice tener el DNI: 95714150.
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