Los trabajadores de la firma Textil Río Grande permanecen, a pesar de las temperaturas extremas, fuera de la planta a la espera de una solución que les permita conocer qué va a ocurrir con la fábrica y el futuro de sus operarios. Esta semana cobraron un 30% correspondiente al dinero que paga la empresa textil y los ATP que utiliza el Gobierno para contener la crisis.
Sobre los cobros, el delegado Walter Hernández manifestó que los operarios con sueldo básico pasaron de cobrar cerca de $50 mil a $35. “En el día de ayer hemos cobrado lo que correspondía a mayo del 30% porque ya habíamos cobrado el ATP de abril la semana pasada. Ahora estamos esperando novedades para ver qué pasa con el ATP de junio porque hay posibilidades de poder cobrarlo, pero todavía no es certera la información. En el caso que sea así la empresa tendrá que abonar un 30% correspondiente a junio, en el caso que no lo cobremos va a tener que abonar un 80% del mes de junio según el acuerdo que se firmado en la ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, esta ayuda de ANSES también genera incertidumbre: “Se está hablando que posiblemente ahora los ATP sean solo para las zonas que están más complicadas. En nuestro caso nos habían dicho que estaba muy complicado poder cobrarlo asique en ese caso la empresa tendrá que pagar un 80% del salario. Sabemos que en el día de hoy se están pagando los aguinaldos y nosotros no sabemos nada de eso”.
“Vamos a esperar hasta la semana que viene y si no hay novedades iniciaremos nuevamente acciones legales. A partir de la reunión de la Legislatura se está hablando, tenemos el apoyo de ellos con la Ley de seguimiento para saber que quieren hacer desde a empresa, si se quieren de la isla o si quieren seguir produciendo. Vamos a seguir insistiendo con el tema de la patente de la empresa, en el caso de que la empresa no quiera volver a producir que le quiten la licencia” añadió Hernández.
Denunció que “los empresarios siguen presionando para que nos desvinculemos; son despidos encubiertos que quieren que nosotros mismos financiemos. Queremos saber qué va a pasar con la empresa y eso es lo que no nos dicen”, resaltó, e indicó por último que existe miedo por el posible vaciamiento de la empresa: “Las máquinas para moverlas es al menos un día de trabajo. Hemos montado un operativo constante en la puerta de salida que es de donde salen los camiones; el miedo es que de un día para el otro se lleven todo”.
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