La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) confirmó ayer su pretensión de sumarle 20 puntos al sueldo de este año de los operarios del sector y llevar a 65% el aumento total, tal como había adelantado este diario. Lo hizo al dar inicio por anticipado a las negociaciones con el sector empresario para revisar el acuerdo de marzo pasado. En esa oportunidad, cuando todavía gobernaba el gremio Antonio Caló, la organización había pactado un incremento de 45% en tres etapas. La de ayer fue la primera tratativa por sueldos como nuevo secretario general de la organización de Abel Furlán.
La convocatoria a las cámaras metalúrgicas se concretó en la sede central de la UOM aunque, como es de uso y costumbre en el mayor gremio fabril, Furlán no participó del primer encuentro pese a haber cursado las invitaciones de manera personal con su firma. Asistieron Adimra, la entidad con mayor número de empresas asociadas, AFAC (autopartistas), Afarte (terminales electrónicas de Tierra del Fuego), Camima (sector pyme), Fedehogar (fábricas de electrodomésticos) y Caiama (aluminio). Por separado discuten cada año las empresas del rubro siderúrgico como el grupo Techint y Acindar.
Encabezó la reunión el nuevo secretario adjunto, Naldo Brunelli, quien expuso los planteos del sindicato: adelantar las cuotas pendientes del acuerdo de marzo (15% de aumento en julio y 12% en octubre, a las que se sumó el 18% ya ejecutado en abril) y agregarle 20 por ciento con una instancia de revisión en febrero próximo. La vigencia de los acuerdos de UOM contempla los doce meses entre abril de cada año y marzo del siguiente.
La expectativa de la organización es ponerse un par de puntos por encima del promedio de acuerdos alcanzados en las últimas semanas a instancias del llamado masivo que hizo el Ministerio de Trabajo a gremios y cámaras patronales para adelantar sus paritarias, y que arrojó un promedio de aumentos del 60 por ciento. El resultado de la negociación también se leerá en clave política: a diferencia de Caló, que mantuvo la UOM por años bajo el paraguas de los sectores más tradicionales de la CGT y llegó a prestarle apoyo a Florencio Randazzo en 2017, Furlán tiene una identificación casi automática con el sector de Cristina de Kirchner.
Las empresas salieron de la charla sin haber esbozado una respuesta a los planteos. En reserva hicieron saber que será difícil acceder a la pretensión de la UOM y pusieron como argumento que el acuerdo de marzo pasado todavía no fue superado por la inflación. De hecho alegan que el 18% que se pagó en abril está por encima del 11,5% que acumuló la suba de precios entre abril y mayo. La primera paritaria del año fijó, junto al incremento anual, un piso de ingresos (el denominado salario mínimo garantizado) de 95.828 pesos a partir de octubre.
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