Fabrisur, una de las empresas más destacadas del sector textil en Tierra del Fuego, espera con expectativas la posibilidad de ser incluida nuevamente en el régimen de la Ley 19.640, lo que le permitiría recuperar los beneficios fiscales que había perdido tras ser desafectada del mismo.

Rodrigo Cárcamo, secretario general de SETIA (Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines), profundizó sobre el impacto de esta situación y las expectativas de los trabajadores y la empresa. "Fabrisur, como bien decías, en su momento había sido excluida del nuevo decreto, que se consiguió tras una lucha de casi dos años por parte de los gremios del sector en la provincia. Había quedado fuera por una cuestión administrativa desde la Secretaría de Industria de la Nación, lo que les hizo perder los beneficios fiscales", relató Cárcamo.

Esta exclusión había generado un panorama incierto para la empresa, que incluso llegó a plantearse la mudanza de su producción a la provincia de San Luis, donde también tiene otra planta. "Al perder los beneficios fiscales, a nivel empresarial no conviene seguir aquí. Por la distancia y los costos logísticos, muchas fábricas han cerrado", agregó Cárcamo. Sin embargo, tras días de incertidumbre, el panorama cambió. "Nos fuimos anoticiando de manera informal que existía la posibilidad de que se revirtiera esta situación, y el viernes recibimos la confirmación de que se había emitido el decreto que permitirá a Fabrisur volver a ser parte del régimen", afirmó el secretario general.

En cuanto a la situación laboral, Cárcamo informó que actualmente Fabrisur emplea a 64 personas, aunque en su momento, antes de la crisis, la empresa había llegado a contar con alrededor de 110 empleados. La falta de los beneficios fiscales había llevado a varios trabajadores a buscar alternativas fuera de la provincia. "Muchos ya se habían ido o habían acordado su desvinculación de la empresa. La indemnización fue parte de esta reubicación, y muchos decidieron mudarse", explicó Cárcamo. Sin embargo, la reciente noticia de que la empresa podría volver a gozar de los beneficios fiscales ha generado incertidumbre y expectativas entre los empleados, quienes todavía no saben si se quedarán o no.

Respecto a los salarios, Cárcamo detalló las diferencias que existen entre trabajar en Tierra del Fuego y otras provincias. "En San Luis, por ejemplo, el sueldo se reduce a más de la mitad. Aquí, un empleado en la industria textil puede ganar hasta 2 millones de pesos si realiza horas extras, mientras que en el norte esa cifra es mucho menor", comentó.

Además, Cárcamo recordó que el contexto económico nacional sigue siendo complicado para las industrias, especialmente para la textil. "La industria textil en general está enfrentando una caída en la producción por la falta de consumo. A eso se suman factores como la apertura de importaciones, la devaluación de la moneda y el aumento de tarifas, lo que afecta gravemente la competitividad de las empresas locales", dijo Cárcamo.

Por su parte, el sindicalista no quiso omitir su reflexión sobre las políticas económicas que, a su juicio, afectan la industria nacional. "La apertura de importaciones está destruyendo la industria nacional. Estamos viendo como las grandes potencias cuidan sus industrias, mientras que nosotros nos abrimos al mundo y eso está golpeando nuestras fábricas", afirmó.

En cuanto al panorama para otras empresas, Cárcamo explicó que no todas las compañías del sector han seguido el mismo camino que Fabrisur. "Fabrisur continuó la vía administrativa, mientras que otras empresas como Sueño Fueguino, Barpla y Australtex optaron por la vía judicial. Algunas están trabajando bajo medidas cautelares, a la espera de la resolución judicial sobre el fondo del asunto", detalló.

En cuanto a la situación de Sueño Fueguino, Cárcamo aclaró que no es una novedad reciente, como algunos medios han señalado, sino que la medida cautelar se tomó en diciembre del año pasado. "Lo que sucedió ahora es que la comisión del área se notificó de esta situación, pero no es un hecho nuevo", indicó.

Finalmente, Cárcamo destacó que la industria textil continúa funcionando, aunque con dificultades. "Hoy en día hay aproximadamente entre 350 y 380 personas trabajando en el sector textil de Río Grande, lo que representa muchas familias que dependen de este trabajo", expresó. Mientras tanto, se aguarda el comunicado oficial de la empresa para conocer con certeza qué decisión tomará respecto a su futuro en Tierra del Fuego.

Este panorama deja en claro que, si bien el futuro de Fabrisur está lleno de incertidumbre, la posibilidad de recuperar los beneficios fiscales abre una luz de esperanza tanto para los trabajadores como para la industria textil de la provincia.