Garbarino ya tiene nuevo dueño. El empresario Carlos Rosales, dirigente del club San Lorenzo y titular del Grupo Prof, se hizo cargo formalmente de la empresa el miércoles. Aseguró que “está garantizada” la continuidad de todos los puestos de trabajo, entre ellos, de la empresa Digital Fueguina en Río Grande.
Rosales decidió mantener a Carlos García como CEO de la cadena que cuenta con más de 200 locales, de los cuales 191 operan con la marca Garbarino y otros 54 como Compumundo. La operación de venta incluyó todas las unidades de negocio del grupo.
Es decir, además de las mencionadas, también cambian de manos la agencia Garbarino Viajes, la financiera Fiden y las fábricas de artefactos eléctricos Digital Fueguina y Tecnosur. Estas dos últimas están radicadas en Río Grande. También tiene centros de distribución en distintos puntos del país y una flota propia de vehículos de reparto.
En total, las operaciones del grupo Garbarino ocupan a 4.325 personas en forma directa. Según las mismas fuentes, “está garantizada” la continuidad de todos los puestos de trabajo. Aseguran, incluso, que a medida que avance el nuevo plan estratégico habrá más incorporaciones.
Este compromiso fue clave para destrabar la venta de Garbarino a Grupo Prof, ya que permitió obtener el visto bueno del Sindicato de Empleados de Comercio, que encabeza Armando Cavalieri.
En este marco, la apuesta más fuerte en lo inmediato pasa por potenciar las ventas online. Para eso una parte de la inversión se destinará al desarrollo de su sitio web para convertirlo en un verdadero marketplace. Este es un aspecto que la cadena ya puso en práctica abriendo la plataforma a productos de terceros, pero sin los resultados esperados.
Con la idea de apuntalar también las ventas a través de las tiendas físicas una vez que concluya la cuarentena, el nuevo dueño de Garbarino puso la mira en los países vecinos que, según los sondeos ya realizados, tienen menor desarrollo en esta franja del retail. En la lista figuran Paraguay, Uruguay, Ecuador y Bolivia.
La idea no es ir abrir tiendas propias sino buscar potenciales socios locales en cada uno de esos países para ofrecer el know how de Garbarino, ampliando la visualización de la marca y desarrollando los mercados más incipientes. El plazo estimado para concretar el desembarco es de dos años, según pudo saber este diario.
Este es también el tiempo que creen que les demandará tener completamente regularizada su situación financiera. El ingreso de Grupo Prof. en Garbarino implicó una renegociación de sus deudas, tanto las bancarias como las que mantiene con sus proveedores.
En el primer lote, Rosales consiguió que los bancos acepten aplicar una quita del orden del 70% sobre una deuda estimada en unos $5.000 millones. En tanto, pudo obtener un descuento del 35% sobre otros $7.000 millones adeudados a fabricantes de electrodomésticos. Los plazos acordados para los pagos bajo las nuevas condiciones oscilarían entre los 18 y los 24 meses, aseguran.
En un comunicado que distribuyó el miércoles a la noche, Rosales destacó “el enorme desafío que implica poner en marcha el nuevo plan de negocios y expansión de la mayor cadena de retail del mercado argentino”. Y recordó que la empresa familiar tiene “69 años de historia” en el país.
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