Marcela Cárdenas, secretaria gremial del Sindicato de Obreros de la industria del vidrio de la República Argentina (SOIVA) se refirió al despido de dos trabajadores de la empresa Armavir. Uno contratado y otro se encontraba efectivo hace más de 16 años dentro de la industria textil.
“El jueves tuvimos una reunión a las 11 hs y la empresa mantuvo su postura. La compañera nos había informado que no se le pidiera la reincorporación, pero si dejamos expuesto que no queremos más despidos”.
Sin embargo, “al otro compañero se le venció el contrato, pero a su vez solicitamos que se le realice una inspección desde el Ministerio de Trabajo y que se muestren todos los tipos de contrato. Porque a pesar de que exista un despido sin causa es respuesta de que la empresa no quiere que la gente reclame cuando ellos son los que avasallan sus derechos y los tratan con prepotencia, las personas que alzan la voz vemos que tienen como consecuencia el despido”.
Indignada dijo, “sabemos que cada trabajador tiene derecho a trabajar dignamente, cuidando sus derechos y tranquilo. Hoy la empresa lo que atenúa es que el personal se quede callado y no diga nada, obviamente, se expuso todo al Ministerio de Trabajo”.
Por otro lado, explicó un hecho que sucedió en las internas laborales en torno a la alimentación: “La empresa provee el almuerzo, pero siempre sucede que hay compañeros que tienen dietas específicas. Por lo que se le solicitó permiso a la empresa para que esas personas lleven sus alimentos y esta misma les ofreció una heladera”, continuó.
“Los compañeros empezaron a llevar sus alimentos, pero solicitaban que todo tenga nombre y apellido. Al no tener eso, la señora de Recursos Humanos tuvo el atropello indignante de tirar la comida que no estaba rotulada”. “Ella debía haber consultado y no haber actuado de tal forma, porque ese era el almuerzo de una persona. Todas esas actitudes se reclaman”.
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