En la mañana de hoy, trabajadores de la fábrica Textil Río Grande, junto al Secretario General de la Asociación Obrera Textil (AOT), Roberto López, iniciaron una protesta en las puertas de la planta, exigiendo respuestas a la empresa sobre la situación laboral que enfrentan. Minuto Fueguino estuvo presente y logró entrevistar a López, quien brindó un detallado panorama de la problemática.
López explicó la gravedad de la situación desde diciembre: "La empresa lleva suspendida desde diciembre, ofreciendo un porcentaje del salario que los compañeros aceptaron para no quedar desempleados. Sin embargo, en una audiencia reciente en el ministerio, la empresa manifestó que no pueden pagar los sueldos, ni siquiera el porcentaje acordado. La situación es muy complicada".
El Secretario General detalló que los empleados no fueron notificados sobre su reincorporación, a pesar de que se vencía el período de suspensiones: "Desde diciembre hasta ahora, los compañeros siguen suspendidos. La empresa pidió más suspensión hasta agosto, pero ahora nos dicen que no pueden pagar los sueldos. No hay ningún tipo de acuerdo, y los trabajadores prácticamente se están considerando despedidos".
Los empleados se vieron obligados a aceptar un salario reducido para colaborar y mantener sus puestos, pero ahora se enfrentan a la incertidumbre total: "La empresa debería pagar las indemnizaciones correspondientes si decide no abrir más sus puertas. Tienen que pagar lo que es esta quincena y cumplir con sus obligaciones".
López agregó: "Vamos a ir al correo a presentar los telegramas y el lunes haremos una asamblea con todos los compañeros, con la presencia de nuestro abogado de Buenos Aires, para decidir los próximos pasos a seguir".
La situación de Textil Río Grande no es aislada. López destacó que otras fábricas también están enfrentando problemas, aunque continúan operando con baja producción. "Tenemos seis fábricas bajo nuestra representación en Río Grande. Todas están trabajando, excepto BARPLA, que enfrenta problemas judiciales. Pero la situación es complicada en general para el sector textil".
López recordó el esfuerzo realizado el año pasado para salvar los puestos de trabajo: "En diciembre de 2023, logramos que se firme un decreto para que las empresas textiles puedan seguir operando por 10 años más. Sin embargo, ahora muchas empresas no tienen producción ni ventas, y lo primero que hacen es suspender a los trabajadores y pagar lo menos posible. No se fijan en que los empleados tienen familias que alimentar".
La falta de seguridad en la planta es otro punto crítico. "No hay personal administrativo ni de seguridad porque no pueden pagarles. Solo vienen dos o tres personas para tareas administrativas", añadió López.
La protesta continuará hasta que la empresa proporcione una solución clara y concreta a los trabajadores, quienes enfrentan un panorama incierto y difícil.
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