Cinco mujeres valientes, Cruz, Marta, Patricia, Almudena y Macarena, han sido seleccionadas para el Reto Pelayo Vida 2024, una travesía única a la Antártida. Estas mujeres comparten no solo su amor por la naturaleza y el deporte, sino también la experiencia de haber sobrevivido al cáncer. De entre más de 500 candidatas, ellas se preparan para una aventura que promete ser transformadora.
El viaje, que comenzará el 22 de noviembre desde Ushuaia, las llevará a cruzar el desafiante Cabo de Hornos antes de llegar a la Antártida el 18 de diciembre. Aunque saben que las olas podrían alcanzar hasta cinco metros de altura y el barco podría sentirse como una “lavadora”, mantienen la calma. “Estamos acostumbradas a manejar la incertidumbre”, dicen, tras haber enfrentado desafíos mucho mayores, como la lucha por sus vidas.
La selección de estas cinco mujeres fue un proceso largo y exigente. Macarena recuerda cómo, mientras esperaba su cirugía por cáncer, leyó sobre el Reto Pelayo Vida y decidió participar en la próxima edición. Marta, por su parte, llevaba años siguiendo el reto tras conocerlo a través de su oncóloga, y ve esta expedición como una oportunidad de cerrar un ciclo, ya que su padre completó una travesía similar hace diez años. Almudena, Patricia y Cruz también encontraron en este reto una forma de empoderarse y superar las cicatrices emocionales de sus respectivas batallas contra el cáncer.
La convivencia ha sido otro aspecto clave en la preparación de estas expedicionarias. En solo unos días juntas, han formado un fuerte lazo. “Nos hemos hermanado”, afirman, emocionadas por la solidaridad y comprensión que ha surgido entre ellas. Además, se apoyan mutuamente en todo, incluso en la cocina, donde Almudena parece haberse ganado el rol principal. Respetar las órdenes de la capitana es una de sus prioridades, sabiendo que la travesía puede ser complicada. Pero están preparadas mentalmente para cualquier obstáculo, como ya lo han demostrado en su lucha contra la enfermedad.
Más allá del reto físico y mental que implica la expedición, estas mujeres desean llevar un mensaje poderoso: el paciente no debe ser culpabilizado por no luchar lo suficiente contra el cáncer. Para ellas, sobrevivir ya es una proeza. Cruz, con una reflexión profunda, asegura que lo importante es ponerse en manos de profesionales y no cargar con una responsabilidad extra que podría ser abrumadora.
Este 19 de octubre, Día Internacional del Cáncer de Mama, insisten en la importancia de la prevención y la investigación. Todas ellas fueron diagnosticadas antes de los 50 años, y destacan que la detección temprana y un enfoque preventivo pueden marcar la diferencia en las tasas de supervivencia. A medida que se preparan para su expedición a la Antártida, ya han superado el reto más grande de sus vidas: sobrevivir al cáncer y visibilizar su lucha con valentía y determinación.
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