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La inflación y la emisión tienen un correlato curioso: el de los cajeros, los servicios de caudales y el costo que esto significa para bancos y empresas gestionadoras de cajeros. El Banco Central se encontró precisamente con una limitación técnica en el uso de los cajeros que mucho tiene que ver con los billetes de baja denominación en una economía inflacionaria: hay una sobreoferta de billetes de $100, con los que intenta cubrir las necesidades del mercado, mientras que la impresión de billetes de $500 y $1000 se mueve a velocidades glaciares. En las últimas semanas, los bancos se han visto obligados a llenar los cajeros con algunos de los 2.703 millones de billetes de $100 que circulan en el país.
Por suerte para el BCRA, el dinero en efectivo también mermó en interés durante el último año y medio. Es que, durante la pandemia, se estancó el crecimiento de la red de cajeros bancarios. Según datos del mismo BCRA, en abril funcionaron en la Argentina 17.613 cajeros automáticos, de los cuales 13.177 están ubicados dentro de las sucursales bancarias y 4.436 están fuera de ellas. En el último año, dentro de los bancos se instalaron solamente 86 cajeros nuevos. No sólo eso, si no que también producto de la pandemia y la "nueva normalidad" la gente se desacostumbra al uso del efectivo y ganan otras alternativas, como el dinero electrónico.
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