Según explicaron desde el organismo en junio de este año, estas actualizaciones técnicas del indicador clave para los argentinos sub-90 han sido habituales a lo largo del siglo pasado. De hecho, mucho antes de la creación del Indec, en 1968, el historial estadístico registra varios estudios de este tipo desde 1924 hasta la década del '80, pero con alcance geográfico más reducido.
La metodología incluye un cambio en la estructura de la muestra y en la ponderación de los bienes y servicios que se incluyen, ante la actualización de Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHO).
La actualización se debe a que hoy por hoy se toman como referencia los resultados de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHO) de 2004. Ahora se implementarán los datos de 2018. En definitiva, se buscará ajustarla a los patrones de consumo actuales.
“Desde hace un año se comenzó a trabajar en la nueva canasta del IPC, con base en los resultados de la ENGHO 2018″, explicaron fuentes del Indec en marzo pasado. Esta actualización es necesaria para reflejar con más exactitud los cambios en el consumo.
La ENGHO, según el Indec, es la “única encuesta que permite tomar la fotografía completa de los hogares argentinos mediante el relevamiento de sus ingresos y sus gastos”.
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