Las tarjetas prepagas irrumpieron en el mercado argentino junto a las billeteras virtuales, enfocadas en un público que no tenía acceso a productos bancarios tradicionales. Las fintech desarrollaron aplicaciones y comenzaron a emitir estos plásticos para que los usuarios pudieran cargar dinero y, en muchos casos, utilizar por primera vez un medio de pago electrónico.
Estas tarjetas prepagas cubren una necesidad clave: permitir el pago de compras online, servicios de streaming o videojuegos, opciones que antes eran inaccesibles para quienes no estaban bancarizados. Además, ayudan a estos usuarios a construir un historial crediticio, un aspecto desatendido hasta ese momento. Hoy en día, no solo las billeteras digitales tradicionales ofrecen tarjetas prepagas, sino también aplicaciones que permiten la compra de criptomonedas.
En el caso de Lemon, una billetera cripto, señalaron: “Actualmente, hemos emitido un millón de tarjetas Visa Lemon en Argentina. Los usuarios las utilizan para pagar sus consumos en pesos o criptomonedas en cualquier comercio del mundo y reciben un porcentaje de cashback en bitcoin por cada compra. También pueden retirar efectivo y realizar compras en cuotas”.
Un informe de Global Processing, el principal procesador de tarjetas prepagas, muestra que este mercado sigue en crecimiento, con un aumento del 49% en la cantidad de transacciones realizadas con estos plásticos en el primer semestre del año, en comparación con el mismo período de 2023.
En cuanto a los patrones de uso, el 42% de los pagos realizados en el primer semestre del año se hicieron a través de tecnología contactless, es decir, en compras presenciales, mientras que el 25% correspondió al comercio electrónico. Los supermercados representaron el mayor porcentaje tanto en cantidad de operaciones como en volumen de transacciones.
Además, por ser un producto nativo de las billeteras digitales, muchas empresas ya no ofrecen la versión física de la tarjeta. En el primer semestre de este año, se observó por primera vez que el uso de tarjetas prepagas virtuales (51,16%) superó al de las tarjetas de plástico (48,74%).
En cuanto a los rubros de consumo, la tarjeta virtual se utiliza principalmente para compras en gaming y entretenimiento, servicios profesionales, gastronomía y servicios de TV y streaming. Por otro lado, la tarjeta física se usa mayormente en supermercados (34% de los usuarios), seguida por gastronomía y combustible.
Las tarjetas prepagas son especialmente populares entre adolescentes y jóvenes adultos que están comenzando a utilizar productos financieros. El estudio revela que cuatro de cada diez tarjetas de este tipo pertenecen a personas de entre 13 y 24 años. Sin embargo, el ticket promedio aumenta con la edad del usuario.
Desde Lemon también indicaron que la mayor cantidad de compras y volumen procesado proviene de usuarios de entre 24 y 35 años, quienes suelen realizar sus consumos en pesos mientras acumulan fracciones de Bitcoin gracias al cashback.
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