Los investigadores detrás de un estudio reciente publicado en la revista Nature, que abarcó varios países de Europa, así como Australia, Japón y EE.UU., señalan que las mejoras en la esperanza de vida en los países más avanzados han sido más modestas en la última década. Aunque la longevidad sigue mejorando, el ritmo se ha reducido drásticamente. En la década de 1990, la esperanza de vida aumentaba en promedio 2,5 años por década, pero en la década de 2010 esta cifra cayó a 1,5 años.
El caso argentino y el desafío de la longevidad
Argentina no es ajena a este fenómeno. Si bien el país había experimentado aumentos constantes en la esperanza de vida durante décadas, en los últimos años las mejoras han sido más lentas. Las mujeres, como en la mayoría de los países, continúan viviendo más que los hombres, pero el incremento en años de vida no ha sido tan significativo como se esperaba. Además, los expertos en demografía señalan que las mejoras futuras podrían ser limitadas, ya que las nuevas tecnologías para prolongar la vida no están logrando el mismo impacto que antes.
"El envejecimiento de la población se está convirtiendo en un factor que frena las mejoras en la esperanza de vida", explicó S. Jay Olshansky, uno de los autores principales del estudio. "Estamos llegando a un punto en el que, a pesar de la investigación genética y los avances médicos, las limitaciones biológicas del envejecimiento imponen un techo en la longevidad", añadió.
Desafíos para la jubilación y el sistema de salud
Este estancamiento en la esperanza de vida plantea nuevos desafíos para Argentina, especialmente en términos de políticas de jubilación y planificación financiera. Con una población que envejece y un sistema de salud que debe adaptarse a una creciente demanda de atención prolongada, los expertos advierten que será crucial revisar las expectativas sobre la edad de jubilación y los recursos necesarios para asegurar el bienestar de los adultos mayores.
En Argentina, como en otros países que participaron en el estudio, se estima que menos del 15% de las mujeres y apenas el 5% de los hombres llegarán a los 100 años, aunque es probable que el número total de centenarios crezca en las próximas décadas debido al aumento de la población.
¿El fin del aumento continuo en la esperanza de vida?
La investigación sugiere que la esperanza de vida podría tener un límite y que muchos países, incluida Argentina, están cerca de alcanzarlo. Aunque la mejora en la salud pública y los avances médicos han extendido considerablemente la vida, los beneficios adicionales que pueden ofrecer estas tecnologías parecen estar disminuyendo.
Los datos de 2019 ya indicaban que solo un pequeño porcentaje de la población argentina alcanzaría los 100 años, lo que refleja una tendencia similar a la de países como Japón y Corea del Sur. Sin embargo, los expertos advierten que el crecimiento demográfico, y no una mejora sustancial en las tasas de mortalidad, será la principal razón por la que habrá más centenarios en el futuro.
Este fenómeno plantea importantes interrogantes sobre el futuro de la longevidad en Argentina y el mundo. Las políticas públicas deberán adaptarse a esta nueva realidad, donde la expectativa de vida podría no aumentar indefinidamente, y se requerirán estrategias más sostenibles para enfrentar los desafíos del envejecimiento poblacional
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